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En aquella noche, se produjo una intensa pelea y la primera de muchas.

Luego de esa noche, pasaron algunos días hasta que decidimos hablar la una con la otra, pero ella no quiso reconocer su error porque no entendía cómo había hecho sentir y aunque no se disculpó del todo la perdoné, pero ese sentimiento había nacido ahí, latente, como un volcán dormido esperando por su erupción.

Después de esa noche las peleas se hicieron más y más constantes, pero esa noche fue el detonante de las demás. Ella lograba contentarme, se disculpaba y hacía cosas increíbles para que yo la perdonara, aunque no fuera su culpa.

Yo también me equivocaba con mis celos hacia las chicas que se le acercaban, o con las que salí. O tal vez exageré cuando armó un viaje sin mi consentimiento, pero es que ya no cuento con el tiempo para decir cuándo estar libre, y ella me exigía que fuera cuando ella quería, debió preguntarme. Nadie conoce mi agenda como yo.

Más peleas por mi forma de trabajo. Otras porque no me animaba a gritar a los cuatro vientos que me era bisexual, no estaba lista, o tal vez no quería perder lo que ya con tanto esfuerzo había conseguido, no se había burlado tanto de mí hasta lograr que me tomarán en serios como para que ahora me cerraran todas las puertas por mi sexualidad. Aún estamos en una era de discriminación.

Una noche pensó que con una cena y una invitación a vivir juntas arreglaría lo que se había estado rompiendo por meses. Yo no estaba lista para ese paso tan grande, y ella estaba lista para seguir adelante.

Sí, esa fue nuestra última pelea y la última vez en que le dirigí la palabra, o la volví a ver.

La lloré, la extrañé, me deprimí, hacía mi contenido con sonrisas falsas; mi sonrisa desde ese día era falsa y predispuesta para que lo que hacía no que perdiera por un desamor.

Pero con el tiempo, mi llanto dimitió, reí de nuevo, vi el arcoíris salir, en parte el apoyo de lo que me amaban y otro de mi determinación, gracias a eso mi marca se hacía cada día más grande, volvía a salir, nada serio, algunos chicos lindos, pero más chicas lindas.

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