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Ahí estaba Jade, sentada en la colina mientras escuchaba música y leía, todo ese ambiente le parecía pacífico y liberador, comenzaba a sentirse cómoda en una ciudad y esperaba que no se tuvieran que mudar, al menos no pronto.

De pronto unos crujidos de ramas la sacaron de su pensamiento, a lo lejos pudo ver a una persona caminando por el bosque, se planteó la idea de seguirla pero no quería verse como una acosadora así que se quedó sentada, pero, otra vez sonaron las ramas quebrándose y al alzar la mirada logró ver el rostro de la persona, era Patrick que caminaba mientras tenía un desodorante y su encendedor en la mano, en ese momento no supo que cambió su manera de pensar pero decidió seguirlo, comenzó a caminar lentamente detras de él, evitando ser vista, por obvias razones, el pelinegro parecía seguir algo, lo que despertó aún más la curiosidad de la pelinegra.

Después de unos minutos, Patrick entró en un túnel obscuro y con su encendedor comenzó a alumbrar todo con ayuda de aquella lata de desodorante, aquel túnel era la señal perfecta para que Jade retrocediera pero no lo hizo, siguió a Patrick aún más lejos. Perfectamente pudo haber sido una trampa pero quería ver aún más, Jade seguía intrigada por aquel chico y su extraño comportamiento que había tenido con ella, si bien, los amigos de Patrick siempre la molestaban pero él actuaba de forma diferente con ella.

Patrick paró en secó haciendo que Jade hiciera lo mismo y con el encendedor logró ver a un grupo de personas pero, éstas estaban con hoyos en la piel, sus pieles eran grises y estaban mojados, Patrick gritó del susto y en ese momento Jade corrió hasta él, tomando su mano para irse de ahí -¡Corre y no mieres atrás!- el sólo la siguió y corrieron.

—¡Es por aquí!— Patrick señaló el camino pero Jade no le permitió avanzar.

—¡No, es por acá!— Patrick seguía mirando su camino y los muertos seguían avanzando hacia ellos. El joven con su encendedor y el desodorante alumbró el camino viendo como al final de ese túnel no había salida —¡Era por aquí!— gritó alterado.

—¡Confía en mí, idiota!—

—¡Bien!— ambos corrieron por el camino de Jade y lograron salir pero tropezaron con las rocas que estaban en el agua provocando que cayeran en del canal, al voltear a ver al túnel vieron a un payaso alto, de cabellos naranjas y con muchos globos rojos, esos globos que Jade no dejaba de ver, Jade estaba paralizada del miedo pero Patrick la tomó en sus brazos para levantarla, tomó su mano y jaló de ella para seguir corriendo.

—¡¿Qué mierda fue eso?!— gritó el chico una vez a salvo

—Y-yo no lo sé...— Jade no articulaba una palabra, tenía miedo era obvio pero algo le causaba ver a ese payaso.

—Hey, ya estámos afuera de ese lugar— se acercó y tomó el hombro de la pelinegra.

—Sí...ya salimos— Jade se levantó y comenzó a caminar.

—¿A dónde vas?—

—A la biblioteca— Patrick siguió a Jade

—No sé que hacías ahí siguiéndome pero... gracias—

—No es algo fácil dar las gracias para ti o ¿Por qué la pausa?— el tono de voz de Jade mostraba molestia y era fría. —Y no, no te estaba siguiendo, estaba en la colina y escuché pasos—

—Es nuevo para mí tal vez y claro, haré como que te creo, acosadora— Patrick le dió una sonrisa a la chica haciendo que ella rodara los ojos.

Al llegar a la biblioteca Jade tomó varios libros sobre la historia de Derry y mando a Patrick por otros más, al comenzar a hojearlo Jade señaló una foto de un circo en Derry y, junto a un grupo de niños estaba aquel payaso, con esa sonrisa macabra, Patrick observo detenidamente a Jade, analizó las facciones de la chica, sus ojos cafés que para el era un color común pero tenían algo más, algo que llamó su atención, sus labios rosas, sus labios tenían marcas de mordidas pero al notar como mordía su labio al leer sabía que ella se las había hecho, su piel era pálida, observó cómo tenía algunas pecas —¿Me vas a observar a mi o vas a ver lo que encontré?— Patrick se volteó rápidamente al libro y comenzó a leer.

—1905, desapariciones múltiples... ¿Cómo está pasando ahora? ¿Ya había pasado antes?—

—No lo sé— Jade volteó a ver la ventana de la biblioteca notando que el sol se estaba ocultando —mierda, tengo que irme Luke me matará si llego después de las 7 por el toque de queda—

—Luke es tu...—

—Hermano, nos vemos Patrick— la chica se levantó y cerró los libros

—¿Vives muy lejos?— Patrick dijo rápidamente.

—Mmm no mucho, ¿Por?—

—Te acompaño a casa— Jade iba a decir algo pero Patrick no dejó que la chica se negara, el camino se sentía eterno, ninguno articulaba ni una palabra hasta que él decidió romper el silencio.

—No creo en lo que dicen los demás—

—¿De qué hablas?—

—Los rumores sobre que tú eres una asesina o que tienes problemas mentales—

—¿Por qué no lo haces? Tus amigos lo creen—

—Pero yo no— Patrick observó a Jade viendo cómo cruzaba los brazos —lamento lo de la tienda— habló rápidamente.

—wow, ¿dónde quedó el matón del que me advirtieron?—

—Oye, me ofendes— el chico puso su mano en su pecho de forma dramática —la verdad es que Henry fue el único que me creyó cuando pasó el accidente de mi hermano, supongo que es mi único amigo y por eso lo sigo en sus locuras—

—Locuras es lanzarse de un acantilado, eso es una enfermedad, sin ofender— Patrick rió —No deberías hacerlo si no te gusta— la chica levanto sus hombros —Es aquí— Jade se detuvo siendo imitada por Patrick —Gracias por acompañarme—

—Cuando quieras— Patrick le dió una sonrisa y Jade solamente negó tratando de ocultar su sonrisa

—No mueras idiota, vete a casa con cuidado—

—¿Te preocupas por mi?— el se acercó a ella

—No, solo no quiero cargar con eso en mi consciencia—

—Vivo a dos calles de aquí, estaré bien—

—Bien, adiós Hokstetter—

—Adiós Miller— Jade espero a que el comenzara a caminar para cerrar la puerta, sin duda algo le preocupaba a la chica y era el hecho de que ambos vieron al payaso.

—¿Quién es el chico?— Jade se espantó llevando una mano a su pecho.

—Dios, me matarás de un susto, es un compañero llamado Patrick, solo me acompañó a casa para que no regresara sola—

—Bien, me agrada que haga eso—

—okay... Iré a dormir, nos vemos—

—Descansa enana—

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Días después, Jade se encontraba junto con Ben caminando en busca de un regalo que el tenía planeado para la pelirroja —Entonces...¿No es su cumpleaños?—

—No—

—¿Por qué el regalo Ben?—

—Solamente es un gesto—

—Ya sabemos que te gusta pero ¿por qué no se lo dices nada más?—

—¿No crees que ella y Bill tienen algo que ver?—

—Genuinamente no tengo idea alguna Ben—

—Ese collar es lindo, ¿No crees?— Ben preguntó mientras sostenía la pieza en su mano

—Es lindo, ¿le gustan las flores?—

—¿A quién no?— Ben dijo mientras sacaba el dinero de su mochila

—Okay supongo que tienes razón, andando Benito—

Prejudices (Patrick Hockstetter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora