Recordando lo que es sentir...

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Narra Wendy:

-Porfavor, háblame- dijo esa voz.

Me di vuelta y la miré.

-Qué quieres Ludovica?- pregunté de forma fría.

-Yo... No quise decirte eso- contestó ella.

-Pero lo hiciste- le dije seca.

-Si... Pero no quería, estaba enojada porque habías descubierto mí verdad y porque no me habías dicho que te viste con Fiore- dijo ella mientras se arrepentía de haberme tratado mal.

-Y por qué te lo iba a contar?- dije mientras me acercaba con los ojos entrecerrados.
-Todos tienen secretos- le dije refiriéndome a que ella no me había contado de su trabajo.

-Wendy... Porfavor perdóname, eres mí mejor amiga y no quiero perderte- dijo ella mientras las lágrimas caían por sus ojos.

-Mi mejor amiga nunca hubiera dicho lo que dijiste, sé que tienes tus problemas y lo entiendo pero no es mí culpa, no hice nada para que me trates mal- le dije mientras me daba la vuelta para irme.

-Perdoname- dijo susurrando.

-Te perdono pero no esperes la misma confianza- dije para finalmente irme al auto.

Mientras manejaba, me preguntaba si esto era lo que quería, alejarme de todos...
Quizás debería hacer como Mattheo y escaparme a otra ciudad, sin que nadie sepa dónde estoy.
No le encontraba sentido a mí vida, o simplemente estaba muy sola y era algo a lo que no estaba acostumbrada, siempre estaba rodeada de personas ya sea Camila, Niccolo, Mattheo, Ludovica, Chiara, Fabio o Brando... Siempre habían personas pero ahora me encontraba sola y tenía que acostumbrarme a esa vida, a esa soledad, porque después de todo... Nadie es para siempre.

Llegué a casa más rápido de lo que hubiese querido.
Al entrar mí madre me rodeo de preguntas.
-"donde estabas?", "Por qué tardaste tanto?", "ve a bañarte"-

No quería discutir así que solo fui a bañarme.
Al terminar la ducha me puse mí bata y fui a ver qué iba a ponerme.
Escogí un vestido negro con mí Borcegos negros los cuales me llegaban por la rodilla. Guarde el dinero que Sofía me había dado para dárselo a Niccolo.
Me planche el pelo y me maquillé natural.
Estaba hechandome perfume cuando siento que alguien toca la puerta.

-Adelante!!- grité mientras me miraba en el espejo y por el reflejo de este vi a quien menos esperaba...

-Te vez hermosa- mencionó.

-Qué... Qué haces aquí?- murmuré mientras estaba en shock.

-Te traje algo- dijo mientras estiraba su mano con una bolsa.

-Cuando volviste?- mencioné aún en shock.

-Anoche pero quería que fuera sorpresa- mencionó.

-Cami...- susurré.

-No pareces contenta de verme- dijo un poco decepcionada.

-Cierra la maldita boca tonta- dije mientras iba a abrazarla.
-No sabes lo que te extrañe- volví a decir.

-También te extrañé bonita- me dijo ella mientras acariciaba mí mejilla con su mano.

-Oye y qué tal todo New York? Conociste a alguien?- pregunté mientras la arrastraba conmigo a la cama.

-Todo como lo esperaba, vida de lujo- dijo ella con una sonrisa.

-Y por qué volviste? Estan en época de clases allí- dije mientras la miraba confundida.

-Es que... Habían cosas que... No eran como las esperé- dijo ella mientras bajaba la mirada.

-Alguien te hizo algo?- dije mientras mi mirada cambiaba a una de preocupación.

Siempre fuiste tú. (Niccolo Govender)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora