Siempre fuiste tú. (Niccolo Govender)

Un nuevo comienzo??...

Narra Wendy:
Ya pasó un mes desde que Mattheo se fue.
No salía de mí cuarto pero un día, Fiore vino hasta mi casa y me obligó a salir, mientras me decía que no podía abandonar mí vida por un chico.
Fui un par de veces a lo de Ari y hablaba con ella, pero después se volvió a mudar para ir a la misma ciudad que Mattheo y encontrarlo, sin embargo, yo quería pero no podía ir, no podía seguir atada a él sabiendo que me lastimaba.
Nicco y yo nos distanciamos un poco más, por qué? Porque él volvió a ser el novio de Virginia y ahora se volvió más idiota de lo normal.
Ludo y Chiara han estado en varios problemas, se me hace raro porque Chiara no solía ser así.
Mis padres siguen viviendo juntos pero ya pasó a otro nivel, mí madre trajo a cenar a su novio y a la hija de su novio con nosotros.
La chica se llamaba Sofía era agradable y un poco misteriosa, sin embargo, me pareció haberla visto antes, solo que nosé en donde.

Hoy es el último día de vacaciones de invierno lo que significaba que mañana volvíamos al colegio.
Eran las diez de la mañana y estaba vistiendome cuando me entró un mensaje de Ludo

Ludo^^
L: Día de amigas?
W: Creí que habías olvidado esos días.
L: Por qué los olvidaría?
W: No lo sé, quizás lo hacías con Chiara.
L: Claro que no, tú eres mí mejor amiga.
W: Nos vemos a las tres en el parque.
L: Nos vemos ahí 😘.

Baje a desayunar aunque era algo tarde.

-Hola Sil- dije dándole un beso en la mejilla.

-Hola hija, buen día- contesto ella.
Me di cuenta que mis padres no estaban porque Silvia me dice "hija" cuando ellos no están y cuando ellos están me dice "Señorita".

-¿Hay algo para desayunar?- dije abriendo la heladera.

-Te preparé licuado de naranja y tostados de jamón y queso- Respondió ella mientras me dejaba el desayuno en la mesa.

-Gracias Sil- dije mientras le daba un abrazo y me sentaba a comer.

-Te vez mejor- dijo ella mientras limpiaba los platos.
Sabía que se refería a lo de Mattheo.

-Lo sé- dije seria.

-¿Aún duele?- preguntó ella. Y la verdad era que si, aún dolía mucho.

-No- dije mientras miraba los tostados.

-Wendy...- trató de hablar ella pero la interrumpí.

-Ya se me fue el hambre- dije levantandome de la mesa y yendo a mí cuarto.

No me gustaba hablar de él, no quería recordarlo... Mierda, solo pasó un mes, por qué todos me obligan a qué no me duela?
Mientras más me lo recuerden más me dolerá.

Al llegar a mí cuarto hice la cama y preparé mí mochila para pasar todo el día fuera de casa.
Me puse un buzo negro, agarré mí patineta y baje a la cocina.
Metí en la mochila una botella de agua y una manzana.

-Te vas?- preguntó Silvia.

-Si- respondí fría.

No espere respuesta y me fui.

Anduve durante tres horas en patineta, daba vueltas por todos lados.
Ya era mediodía por lo que quise irme a almorzar.
Fui a un lugar de comida rápida, me pedí una hamburguesa y una Coca-Cola y me fui a sentar hasta que me traigan lo que ordené.

Estaba con el celular hasta que veo que alguien se para frente a mí.

-Hola Wends- dijo él.

-Hola Brando- respondí.

-¿Puedo sentarme?- preguntó él.
Yo asentí y él se sentó.

-¿Qué haces por aquí?- volvió a preguntar él.