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Capítulo 12

Una semana y algunos días después…

Jennie’s pov

Nunca me dijeron que sería fácil tomar una decisión cuando tu corazón grita por una cosa y tu cabeza clama por otra totalmente diferente. Nunca me dijeron que sufriría por eso; ni que haría sufrir a alguien que amo también. 

Mis tíos siempre me dieron la mejor educación, me enseñaron lo correcto y lo incorrecto de la vida y me instruyeron a tener sabiduría y siempre ser una chica comportada. Pero nunca me hablaron nada sobre el amor; tal vez porque empecé a salir con alguien muy joven y siempre pensaron que me quedaría con Hanbin para siempre. 

Tal vez ellos tenían razón, realmente me quedaría con Hanbin para siempre. Sí, estoy siendo tonta, cometiendo el colmo de la idiotez, pero no podría dar marcha atrás ahora. Lisa me había dicho tantas cosas - tantas cosas correctas - y estoy segura de que jamás me volverá a mirar a la cara, así que… ¿Qué tenía que perder? 

Ya había dicho «sí» a toda esa locura. Lo que me quedaba, era seguir adelante. Faltaba solo un día para mi boda y ya había escuchado suficientes sermones para hacerme desistir, pero aún así, no había desistido.

El vestido de novia estaba perfecto, al igual que toda la decoración, el salón, la fotografía y el DJ estaban pagados. Todas las damas de honor ya tenían sus vestidos en mano.

Recuerdo perfectamente cuando fui con todas ellas a la mejor tienda de Los Ángeles para elegir los vestidos. La mayoría de las chicas eran amigas de la universidad y algunas eran amigas mías y de Hanbin. Por suerte, ninguna de ellas supo de nuestra reciente ruptura; solo personas de la familia y Lisa sabían de todo. 

Y era obvio que todos nuestros familiares estaban felices. Mis tíos consideraban a Hanbin un excelente partido, además de conocerlo desde pequeño, lo adoraban. El Sr. y la Sra. Lee
también me querían mucho, por eso deseaban aún más que este matrimonio saliera bien. Sería la unión de dos familias ricas.

Al principio pensaba que todo esto era perfecto, ¿qué novia no lo pensaría? Los familiares se llevan bien, nos apoyan y les gusta nuestro compromiso… Hoy, creo que todo esto es mucho más un juego de intereses que alegría por nuestra relación. 

¿Pero qué podría hacer? No tiene sentido quejarse más. Lo hecho, hecho está y lo único que podía hacer era prepararme para el «gran día» de mañana. 

[...]

— No puedo creer que estoy compaginando con esto — murmuró Miyeon, cuando mi tía y la Sra. Lee dejaron la habitación del hotel que estábamos ocupando. 
 
Me veía hermosa. Pero solo por fuera. El maquillaje estaba bien hecho, mi cabello estaba recogido en un moño alto con una corona de brillantes - cosa de la familia de la Sra. Lee - fijada en mi cabeza. El vestido de novia era maravilloso. Totalmente blanco, de estilo algo transparente. Pedrería brillante adornaba todo el busto hasta la cintura, dándole aún más ligereza, ya que no era voluminoso. 

Pero solo era eso. La belleza terminaba ahí, porque, por dentro, el estado depresivo permanecía. 

— Jennie, aún hay tiempo de desistir. — dijo Miyeon, parándose a mi lado frente al espejo. Ella estaba hermosa en su vestido de dama de honor rosa bebé. — Te ayudo a escapar, lo juro, y si Hanbin pregunta por ti, lo mando al carajo. 

Sonreí levemente, encontrando un poco de gracia en mi amiga. 

— No voy a huir, Miyeon. Sería muy infantil de mi parte.
 
— Jennie, ningún error es mayor que el que estás a punto de cometer. Te casarás con ese tipo. Pasarás el resto de tu vida al lado de un hombre que no vale nada, que no te ama de verdad. Eres hermosa y lo único que él quiere es exhibirte como un trofeo. Una conquista que logró y, mientras tú estés en este estado de depresión, él estará acostándose con la mitad de su clientela, de nuevo. No hagas esto, Jennie, no tires tu vida por la borda de esta manera. No te lo mereces y Lisa tampoco.