pornstar | jenlisa

Capítulo 1O

Jennie’s pov

— ¿Y eso es lo que ocurrió? — preguntó Miyeon, cuando terminé de relatar mi último día con Lisa.

— Eso fue exactamente lo que ocurrió — Murmuré, mirando al  techo.

Estábamos acostadas en mi cama, con chocolatinas, caramelos, helados y todo tipo de basura calórica a nuestro alrededor. Hacía tres días que no hablaba con Lisa y, desde el día en que la conocí, nunca había pasado tanto tiempo sin oír su voz, ni leer un mensaje, ni verla... Todo me estaba matando.

— Creo que estar enamorada no es suficiente para lo que siento, Mimi.

— ¿La amas?

— No lo sé. Pero es algo más que pasión. Es algo más fuerte. Ni siquiera Hanbin me ha hecho sentir tan… llena de anhelo como ella. ¡Siento que voy a explotar! — dije, tomando otra cucharada de mi helado.

— Realmente vas a explotar si sigues comiendo así — se rió un poco, pero luego dejó de hacerlo. — Ella ha pasado por muchas cosas, Jen, y aun así, me impresiona su forma de ver la vida. Es mucho más que una mujer que sólo folla como tú pensabas. Es cariñosa, atenta, y está enamorada de ti. ¡Y le gustan los niños! Maldita sea, Jennie. Una persona así no se encuentra hoy en día.

— Lo sé, Mimi. ¿Pero cómo se supone que me vea como una mujer que trabaja en el sexo? ¡Por el amor de Dios, ella tiene sexo con otras mujeres! Y no necesito describir todo lo que hace, porque lo sabes muy bien. Nunca podría aceptar la idea de que la mujer que es mi novia tenga sexo con otras mujeres.

— Pero Minnie dijo que no ha grabado desde el día que hizo esa escena contigo — soltó mientras comía otro chocolate. — Creo que si hablas con ella y le dices que no aceptas su profesión, puede que cambie de opinión. Está loca por ti, Jen.

— Ella no cambiaría. Es su vida y nunca le pediría que lo hiciera. No tengo derecho a hacerla cambiar tanto.

Realmente no lo haría. Lisa es una actriz consolidada en su campo, una persona conocida que creció gracias a la pornografía. Por muy repulsiva que sea esa idea, sería muy injusto para mí hacerla elegir entre su profesión y yo.

— Hablando de Minnie. ¿Qué tal la noche?

Miyeon soltó una risa incómoda y se encogió de hombros. Cuando la miré, me di cuenta de que su cara estaba ligeramente roja.

— Fue… ¡Increíble! No sólo la primera, sino la segunda, la tercera… Ah, Jen… Creo que estoy enamorada de ella.

— ¿Lo juras? —pregunté, sentándome para observarla mejor.

— Sí, y ella parece sentir lo mismo por mí. Todavía estamos hablando, pero todo indica que estaremos juntas. No es tan... traviesa como me imaginaba, ¿sabes? Es muy simpática, encantadora y sabe usar la lengua como nadie — se rió y sacudió la cabeza. — Bien, basta de hablar de mí. Estoy aquí para escucharte. ¿Qué piensas hacer? ¿Vas a dejar que se salga con la suya y ya?

— Oh, Miyeon, yo no…

El ruido de mi teléfono móvil me interrumpió y, antes de que pudiera hacer nada, Miyeon saltó de la cama y lo cogió de la mesilla de noche, que estaba a su lado. Al principio sonreía. Pero pronto su expresión se cerró y me miró fijamente con cara de pocos amigos.

Y sabía exactamente por qué.

— ¿Qué carajos, Jennie? ¿Me quieres decir como es eso que te vas a encontrar con Hanbin esta noche y no me habías dicho nada?

Estaba indignada y yo también lo estaría si estuviera en su lugar. Pero todo tenía una explicación.

— Cálmate, ¿vale? Déjame explicarte…