pornstar | jenlisa

Capítulo 15

Jennie’s pov

Nada más poner un pie en mi casa, miré a mi alrededor y llegué a una única conclusión: estaba totalmente sola.

No sólo porque no había gente en mi casa, sino porque no había nadie más en mi vida, excepto Miyeon. Ya no tenía familia, ya no tenía amigos, ya no tenía la universidad de mis sueños. Mi nombre y mi reputación estaban siendo arrastrados por el barro, mientras yo miraba desde el balcón.

Y no, no era divertido en absoluto. Hasta ayer, todo había sido perfecto. Tenía a Lisa, tenía la oportunidad de vivir a su lado, pero lo dejé pasar estoy consciente de eso ¿pero me equivoqué tanto como para merecer todo esto? ¿Mi error no merecía el perdón? ¿El dicho "todo ser humano es capaz de cometer errores" no era para mí? ¿Por qué tenía que ser juzgada de una forma tan sucia e inhumana?

Si Lisa hubiera estado a mi lado, estoy segura de que toda esta carga habría sido más fácil de soportar. Fui víctima de los prejuicios de todos. Cada lugar en el que he estado desde que me casé sólo me ha llevado a darme cuenta de lo hipócrita que puede llegar a ser la sociedad. Prácticamente todo el mundo había visto películas porno. Y al noventa y cinco por ciento de esas personas les gustaban ese tipo de películas.

Entonces, ¿por qué debería ser juzgada? ¿Por qué tuvieron que tirarme piedras, a echarme de mi propia vida? Eso no tenía ningún sentido. Ser humillada así no tenía justificación.

Sólo el dolor de mi pecho estaba justificado. Tenía la cabeza hecha un nudo de vergüenza y decepción. Si mis padres vivieran, ¿habrían hecho lo mismo que mis tíos? ¿Se avergonzarían de mí? ¿estarían disgustados?

Era demasiado para soportarlo, pensar lo hacía aún más agonizante, y ahora que no tenía nada - realmente nada - que hacer, mis pensamientos me masacraban. Muchas voces vivían en mi cabeza, ordenándome cosas diversas como: "enciérrate en tu habitación y olvídalo todo", "no sirves para nada", "nadie te quiere, hasta Lalisa te tiene aversión", "morir podría ser una buena opción, Jennie". No podía más, ¡realmente no podía!

Quería gritar, chillar, pero lo único que podía hacer era escuchar el sonido de mi móvil sonando insistentemente en mi bolso. No quería hablar con nadie, pero al mismo tiempo, alguien quería hablar conmigo.

Todavía no me había dejado todo el mundo y eso era una buena señal. Rápidamente me puse el bolso sobre el regazo y cogí el móvil, viendo el nombre de Miyeon en la pantalla. Con un suspiro al saber que aún tenía a mi mejor amiga, contesté.

— Hola, Mimi — Intenté no sonar tan llorosa y melancólica, pero creo que fue en vano.

— Hola, Jen. Estoy muy preocupada. ¿Qué tal estás? ¿Cómo fue la universidad?

— Fue... horrible — murmuré, sintiendo que las lágrimas mojaban mi rostro.

Estaba más que acostumbrada a ellas.

— Ah, Jennie. Dije que iría contigo, pero te negaste. Después de todo lo que hicieron tus tíos, sabía que estarías aún más triste. Algún idiota se metió contigo, ¿es eso?

— No fue sólo eso.... Me expulsaron de la universidad... — Sollocé. — El rector dijo que yo era una amenaza para la imagen de la institución y, según el contrato, la universidad tiene todo el derecho a expulsarme. Nunca pensé que esto pasaría, ¡nunca! Estaba tan cerca de graduarme, tan cerca de realizar por fin mi sueño... Me lo han arrancado todo, Miyeon, ¡todo!

— Dios, Jennie... — murmuró conmocionada. — No puedo creerlo, solo... ¡Qué hijo de puta! ¡No pueden hacerte esto!

— Sí que pueden. De verdad que pueden — Dije, respirando hondo e intentando calmarme. — Lo peor no fue eso, quiero decir, creo que lo que pasó después fue lo peor. El rector dijo que si yo... si yo... — Cerré los ojos y sentí que el estómago se me revolvía de nuevo. — Si se la chupaba y lo hacía bien, podría volver a la universidad. Vi cómo toda mi vida, toda mi dedicación a ser una buena persona, se desmoronaba delante de mí, Miyeon... Fue horrible.