つ。☆Pov Florenciaつ。☆
-Enzo, tengo miedo- solté mirándolo a los ojos.
-Miedo?, de qué?- habló dubitativo, como si estuviese exigiendo una respuesta.
-Es que, no sabés mi pasado, no sabés casi nada de mí, y tengo miedo de lastimarme a mi misma y lastimarte a vos- el contacto visual se rompe cuando Enzo desvía su mirada por unos segundos y sonríe.
-Escuchame, yo estoy dispuesto a todo con tal de pasar tiempo juntos y conocernos más, y no estoy muy seguro que me vayas a lastimar- ladeo mi cabeza sin entenderlo.
-No estoy seguro de eso porque si te sentís lastimada, o herida, yo te voy a ayudar a sanar, no importa lo que te haya pasado, siempre voy a estar, y si es algo que fue en el pasado, tenés que soltar y dejarlo ir, porque ahora estás muchísimo mejor y ese es el lado positivo a todo- me sorprendía cada vez más, su forma de expresarse, y de vivir con tranquilidad, de verdad admiraba eso de él.
-Pero y si...- no pude terminar de hablar porque Enzo me cortó.
-Pero nada, no dudes, no seas negativa, dejá eso a un lado y enfocate en lo que tenés hoy, en lo que estás viviendo ahora, sabés cuántas personas quieren tener un papel protagónico en alguna película?, tenés salud, tenés amigos y gente que te quiere, eso es suficiente para sanar todo- por impulso lo abracé, se sentía cálido, como si un abrazo fuera suficiente para olvidarme de todo.
Quería estar así todo el tiempo, sentir su calidéz siempre que pueda, nos separamos levemente y estábamos en una cercanía bastante cuestionable.
Esa cercanía cada vez fue disminuyendo más y más, Enzo trazó "garabatos" en mi rostro, que iban desde mis pómulos hasta mi mandíbula, como si estuviese dibujando en él, su pulgar pasó por mis labios tirándolo levemente hacia abajo, y fue en ese preciso momento en el que me dí cuenta que tanto mi corazón, como mi persona, lo querían a él, y solo a él.
-Espero que ahora no me digas que esto está mal, porque no pienso retroceder- no me dió tiempo a responder ya que cortó nuestra distancia uniendo sus labios con los míos, esa delicadeza y suavidad al besarme, el sentimiento que se acumuló en mi pecho, y el tiempo que estuve esperando esto son inexplicables, podría saltar de alegría en cualquier momento.
Nuestros labios danzaban al ritmo del cariño y la pasión, era un beso tan especial, como si no tuviera fin, su lengua pidió permiso para ingresar y accedí completamente, ese sentimiento que mencioné antes me hacía sentir plena, y Enzo era la tranquilidad que le hacía falta a mi vida.
Cuando, lamentablemente, nos separamos por falta de aire mantuve el contacto visual con él, y sin evitarlo sonreí, es increíble lo que alguien o algo puede causar en tu persona, y muchas veces desequilibrar o balancear lo que creías imposible.
-Por un momento pensé que te ibas a alejar- negué divertida.
-No pensaba hacerlo- esta vez la que unió nuestros labios nuevamente fui yo, pero nos tuvimos que separar cuando tocaron la puerta.
-FLORICIENTAAA, YA LLEGUÉ- era Juani, Dios mío, y yo que hago con Enzo ahora.
-Entrá al ropero y cerrá la puerta- Enzo me miró confundido- todavía no le quiero contar nada, a veces es muy chusma y todos se terminan enterando- susurré solo para que él me escuche.
Enzo se levantó e ingresó al ropero sin cerrar del todo la puerta corrediza que esta poseía, me levanté viendo que todo estaba en su lugar y acomodando un poco mi cabello, que por la acción anterior se había despeinado.
Al abrir la puerta un Juani un toque adormilado estaba parado frente a mí.
-Como estás florchi?, te sentís mejor- el de rulos se sentó en mi cama y yo cerré la puerta para sentarme a su lado.
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Coincidencias// Enzo Vogrincic
AcakFlorencia Fernández, una chica de 20 años, bella, carismática y con muchísimas cualidades más, decide ir a España por un tiempo hasta terminar el rodaje de su futura película y también disfrutar junto a su mejor amigo, ella no creía para nada en las...