1ª edición.
La primera temporada que pude vivir fue sin duda una de las peores ¿No? Mi nombre se hizo tendencia y posiblemente mi reputación trizas. Es probable que nada de esto hubiera pasado si un neerlandés de nombre Max no hubiera decidido preg...
Los primeros rumores comenzaron en Twitter porque alguien dijo haberme visto con Max en Mónaco esa semana. La noticia se desmintió rápidamente cuando publiqué un storie de estar supuestamente en Italia aún. Fueron en realidad muy pocos, tal vez gente de Francia y seguidores muy apegados a Max. Entre los tweets al menos uno de cada dos hablaban de ocupar mi puesto y mi "poder" para poder salir con él, otros dos se emocionaban por la noticia y el resto reaccionaba con sorpresa ante la posibilidad de que esto fuera real. Nos enteramos de manera muy indirecta de esta noticia, todo porque en realidad no era algo que no se haya podido controlar. Nadie del equipo dijo algo, mi padre en realidad parecía aparentar si quiera haberse dado cuenta pero una parte de mi razón me decía que lo sabía. Sabía que Max estaba en mi puntero y que no me detendría a negarlo por el cariño que estaba desarrollando. Nunca pensé que así se viera el cariño —evidentemente lejos del que había sentido por mis padres y familia, o el que sentía por mis amigos—, lleno de altibajos y emociones tan fuertes como las que me hizo sentir en Mónaco, en su propia casa, bajo su propio techo mientras sus dedos detallaban con delicadeza mis facciones y mis músculos tensados ante el propio tacto. Había conocido en apenas cinco días que me quedé en casa del neerlandés, a Max. El Max que amaba demostrar su cariño con toques y apretones, con abrazos y palabras de apoyo, ese Max que tenía que mirarme con aprobación a cada chiste que hacía, el Max que solía cocinar porque para él "sentía que podía demostrar sus emociones de mejor manera", el Max del que supongo mi padre sospechaba me estaba enamorado.
Suposiciones, no pensaba venir a esta temporada con la intención de conseguir un novio, se lo había dicho a George, pero la manera en la que Max parecía descubrir su nueva faceta conmigo, notando que ya no necesitaba esconderse tras un rostro lindo de una modelo para poder desmentir lo que realmente sentía me daba la esperanza a qué las cosas saldrían bien. Deje de pensar en aquello cuando la puerta del hotel fue tocada con tal fuerza que parecía ser derrumbada con un toque más. —¡Ya voy! —respondí ante aquello, lanzando el celular a algún lado. —¡Estabas con Verstappen, tonto! ¿Pensabas decirme eso? ¡Escucha esto! —soltó George entrando en mi habitación de hotel, donde ahora estaba alojado el equipo para el fin de semana en Mónaco, dejandose caer sobre la cama como si todo a su alrededor fuera de su propiedad una vez entró— "Parece ser que tras la inesperada ruptura de Max Verstappen y Kelly Piquet, en mayo de 2022, el piloto tiene a alguien más en la mira ¿Se tratará, como las especulaciones indicando del hijo mayor de la familia Wolff? O en realidad es algún otro chico de nacionalidad monagesca quién ha robado su corazón" —¿De dónde lees eso? —Pit Gossip Line —¿Pit gossi- qué? —La revista de chismes de la Fórmula Uno ¡Ay, por dios Luke! ¿No conoces la revista de chismes más importante de tu propio trabajo? —No es como que me importe saber si Charles está saliendo con un piloto o algo así... —¡Pero tú! —señaló hacía mí—, tú si estás saliendo con un piloto ¿No es así? Por eso no fuiste a Roma como habías dicho, viajaste a Mónaco a pasar la semana con Max Verstappen ¡Por eso estabas en casa de Charles antes de que el equipo llegara aquí! ¿Desde cuándo salen? En realidad, no quería responder a eso. La naturaleza curiosa de George me daba un poco de miedo, pero era mi mejor amigo, sabía que sin importar cuan enojado estaba, pues lo había comprobado antes, podría si quiera mencionar algo relacionado a mi vida privada. Levanté los hombros, tomando asiento en frente a la cama donde ahora estaba él, tal vez con ese gesto pensaba desviar la pregunta pero solo intensificó su mirada. —Miami —solté. —¡Lo sabía! —Despues de que cancelaran la carrera y yo estuviera por irme de Italia Max llamó y me propuso ir con él a Mónaco, acepté y me quedé esos días, después el mismo fue a dejarme a casa de Charles, a quien le dije que había llegado en Uber y que estaba en Italia, pero no quería ir a Londres por las largas horas de vuelo. Por eso estaba en casa de Charles los últimos días de esa semana. Le ví levantar los brazos, celebrando algo pero aún no entendía por qué. Soltó un grito que paró a la mitad, corriendo a abrazarme y casi saltando, emocionado como un niño. No dijo más, solo salió del cuarto con una sonrisa tan grande que parecía que no borraría en todo el fin de semana.
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—¡Bienvenidos al Gran Prix de Mónaco! Uno de los que más prestigio tiene entre los pilotos ¿no es así? Veamos cuáles son las predicciones para hoy —Es un premio de gran relevancia como mencionas, los pilotos han llegado al paddock y están listos para la Clasificación del día de hoy. El clima... Los conductores hablaban, sus voces resonaban por todo el recinto y nuestro equipo esperaba resultados buenos ante esta carrera. Sabíamos que está clasificación lo era todo pues había pocas oportunidades de adelantar en un circuito como lo era Mónaco. Mi caminar hacía el Paddock de mi equipo se vio interrumpido por fotos de fans. Durante mi estancia en esta ciudad y principalmente la casa de Max, practiqué un poco como reaccionar ante los cúmulos enormes de personas que se avecinaban solo para tomar una foto o tener un autógrafo. Max me mostró como hacerlo, me ayudó a hacer un autógrafo más simple que no me tomara mucho y así no desgastara mi muñeca de tanto firmar y sobre todo, me ayudó a no temerle a los fans. Poco a poco, las personas cesaban y en un momento, quien detenía mi paso no eran más que algunas pocas en espera de una foto. —¿Podrías firmar mi gorra por favor? —dijo una voz con un falso chillido , rápidamente firmando sobre una gorra de Redbull que apreció mientras yo terminaba de sonreír para una selfie del lado contrario— ¡Luke, espera era broma! Demasiado tarde, ahora, la gorra del campeón del mundo tenía mi firma en una tinta blanca causante del potsca que usaba para firmar. —Max... yo... —callé una risa, su reacción fue reír a mi par, jalándome lejos de la multitud con una mano sobre mi espalda baja—, lamento eso, lo siento. Pero la voz que usaste para pedirlo no ayudo demasiado. —No pensé que no la reconocerías. —Estaba ocupado firmando a más fans, al parecer mi popularidad en el deporte creció en una semana, quiero pensar que fue porque la gente sabe que yo fuí el responsable de algunos cambios en el auto de la carrera de Miami —no dijo nada, solo negó con tranquilidad dejando una rápida y muy sutil caricia en mi mejilla—. Ten cuidado allá, sé que te irá bien. —¡Lucas! —habló otro de los ingenieros, llamando desde el Paddock— ¡George te está buscando para decirte algo sobre su auto! —Ganaré y el podio tendrá tu nombre —sus palabras me sonrojaron rápidamente, negando ante ello. —Ve a ganar, campeón.
