n+15

41 5 0
                                    

—Las habitaciones están por aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Las habitaciones están por aquí. Normalmente algunos invitados suelen dejar las maletas en una de ellas y usar las otras, la comida puede ser traída aquí ya que nos alejaremos del puerto durante el día y regresaremos por la noche, y me parece que esas serían las últimas indicaciones.
—Gracias capitán ¿Me podría ayudar firmando algo? —Max se llevó al hombre a unos metros de mi, con un manojo de hojas en la mano que suponía era un acuerdo de confidencialidad.
Así que ahora estábamos ahí, en el yate en el que viviríamos tres días de nuestras vacaciones.

No era la primera vez que estaba en un lugar así, era común que en Mónaco entre varios amigos pasáramos un día en el mar, pero lo que si era la primera vez era compartir con Max una embarcación como esta.
Los planes eran simples, navegar y alejarnos a una zona más privada donde podríamos estar sin ser molestados. Dentro del bote había lo necesario para bucear e incluso algunas otras actividades. Max había insistido en traer un mazo de UNO para "invitar a jugar al capitán del yate".

Por mi parte había decidido cargar con una switch porque si algo era el campeón del mundo era un competitivo hasta en Mario kart.

La hora en mi reloj indicaba las 2 de la tarde, y eso se notaba en el hambre que sentía pues no deje de molestar a Max hasta que me consiguió algo de comer pues esperábamos a que llegara el resto de la comida.
Las instrucciones sobre la comida eran: Pueden traer lo que necesiten mientras estemos aquí o bien comer en la embarcación si pedíamos comida pero eso era sinónimo de quedarnos cerca del puerto.

Una gran cantidad de comida riquísima llegó, con un plato que se veía más delicioso que el segundo, y de los que comprobé su buen sabor una vez cada uno de los platos fueron dejados en la mesa. El mar se veía más tranquilo de lo que solía recordar, incluso se sentía más en paz.
Al terminar de comer Max notó que, por desgracia, me estaba quedando dormido como un niño tras la merienda.
—¿Quieres ir a dormir? Te despertaré cuando estemos cerca del lugar donde nos quedaremos toda la tarde —me rodeo con sus brazos, acunandome torpemente.
—No —contesté respondiendo al abrazo—, no me puedo quedar dormido.
Pero fue tan cómodo su abrazo que me costó solo cerrar los ojos y comenzar a dormitar.

—Lu, me estás lastimando el brazo —reclamó el neerlandés mientras me acomodaba ¿Dónde estaba?— Lucaas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Lu, me estás lastimando el brazo —reclamó el neerlandés mientras me acomodaba ¿Dónde estaba?— Lucaas.
Me levanté rápidamente, recibiendo un pequeño "ouch" de mi pareja cuando noté el movimiento de la habitación, su tamaño algo pequeño y las maletas sin abrir a una orilla. Busqué con la poca luz que se filtraba por momentos mi celular "03:26".
—¡¿Me dormí toda la tarde?!
—Estabas muy cansado de estar lanzándote ayer desde el bote al mar y regresar, claro que te ibas a cansar. Además comiste mucho, por un momento pensé que me ibas a dejar sin comida a mí.
—Lo siento —el sueño volvió a mí en un bostezo, regresando a los brazos de Max y evitando lastimarlo de nuevo. Dormitando de nuevo entre sus brazos—. Maxie
—¿Qué pasa Lu? ¿No puedes dormir? —negué—. Bien, déjamelo a mí. Cuando no puedo dormir me sirve pensar en las cosas que hice hoy y enlistar cuál de ellas me costó más energía, tú por ejemplo, nadar todo el día.
Solté una risa corta, sintiendo un beso en mi coronilla mientras los dedos de mi pareja acariciaban con delicadeza mi espalda.
Una rutina conocida excepto por sus palabras para consolar mi sueño.
Recurrí a su consejo, enlistando mentalmente todas las cosas que había hecho hoy y cuáles me habían cansada más.
Nadar era una, subir las maletas al coche, besar a Max era cansado por el simple hecho de que sus manos me ponían nervioso en el intento de descifrar si las usaría para apretar mi cuerpo contra el suyo o para provocarme. Lo último me hizo pensar un poco más, negando aquello para no pensarlo más.
En realidad, aquello dio pie a sentirme un poco ansioso, calmando mis pensamientos debido a que, Max dormía plácidamente. Dormir, dormir. Eso debía hacer.

No sabía si el oleaje la manera en la que movían con delicadeza la embarcación, los brazos de mi pareja o mis propios pensamientos me habían hecho dormir pero ahora, apostaba que eran más de las 9. El neerlandés no estaba conmigo y mi celular estaba perdido entre sabanas y ropa.
¿¡Ropa!?
Playeras de Max esparcidas entre la cama y el pequeño sofá, con una maleta a medio abrir que me dejó adivinar que había emprendido una búsqueda por alguna camiseta o algo similar. Me volví a recostar cubriendo mi cara aún no acostumbrándome a la cantidad de luz pero el ruido de la puerta me mantuvo despierto junto a pasos acercándose a la cama.
De un momento a otro tenía el peso del neerlandés sobre mío, importándole poco la ropa que había dejado tirada al rededor.
—Tu ropa...
—Eso no importa, quiero dormir.
—¿Fuiste a recibir el desayuno?
—No, recibí el auto que renté para que podamos ir a desayunar.
—Excelente —dije con más cansancio que antes—, excelente porque quiero desayunar hot cakes.

En realidad no salimos a desayunar, dormimos por al menos una hora más, cuando el oleaje se volvió ligeramente agresivo debido al viento y Max tenía tanta hambre que su berrinche fue jalarme de los pies hasta sacarme de la cama.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Heart mechanic | Max Verstappen x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora