cap 12

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Ya vestido, Tom sabía lo que debía hacer

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Ya vestido, Tom sabía lo que debía hacer. Coloco su máscara en su cara, cubriéndolo de todo rastro. Había ido a su casa en busca de aquel juguete tan real que había recibió de regalo por parte de Sam. Cuando la recibió, se había reído por que aseguró nunca usarla, pero ahora, era de mucha ayuda. Camino lo más erguido posible, con el arma en la mano.

Sentía miedo, mucho. En su mente gritaba que no quería ni un solo temblor, que solo irían por el maletín. Camino hasta llegar a la puerta y tirarla de una patada. Ahí estaban ellos. Recordó como había sido humillado por los cinco, y ahora, los tenía acorralado entre la pared blanca del lugar. Apunto con la pistola en la cabeza de aquel viejo que se había atrevido a burlarse de su pequeño.
Ambos se miraron a los ojos, reconociéndose el uno al otro.

Mal acto.

Tom solo tomo la maleta de a lado sin soltar una sola palabra, y cuando la tuvo, comenzó a caminar de espaldas, sin dejar de apuntar.
Salio casi corriendo cuando no estuvo a vista de aquellos hombres. Abrazo el maletín entre sus brazos, se sentía tan feliz. Sonrió, le sonrió a la luna, al reflejo de su hermano.
Corrió hasta llegar al hospital. Suspiro muchas veces y finalmente entró a la habitación de su hermano. Ya era muy tarde. Noto a su pequeño recostado en la camilla, con ambos brazos al lado de su cabeza.

– Eres un bebé.– solto una risa. Dejo el maletín al lado de la camilla y camino hasta su pequeño. Estaba casi destapado, sin nada de abrigo. Tom se río al verlo en esa posición, desde siempre había sido así, Bill siempre quedaba desprendió de la manta todas la noches por sus movimientos. Tom cogio la manta, acariciandola y acercandola a Bill hasta abrigarse por completo. Con algo de culpa, le dejo un pequeño beso en la frente.

– Te amo, mi pequeño.

Antes de salir, dejo una pequeña carta que había hecho días atrás, sin atreverse a entregar. La dejo encima del maletín. Vio por última vez a su pequeño y fue cuando una lagrima cayó por su mejilla.

Bill no le había perdonado.

Sonrió y limpio su lagrima. Eso era lo que menos le importaba. Ahora, tocaba salir a casa.

Salió del hospital y dio marcha tranquila a su casa. Sin miedo, o algo.

Mientras caminaba, solo podía pensar en Bill, en la última sonrisa que le mostró, en la última vez que hablaron y su último "Te quiero"

Trato de no llorar, pero era imposible.

–¡Ahí esta!– un grito desde lejos se escucho.

Tom tuvo miedo, pero sabía si destino.

No puso resistencia, solo suspiro y dejo que pasara el tiempo.

Fue agarrado de brazos mientras era tirado a cada pasado hasta llegar a un punto fijo, en donde la luz de un faro era penetrante. Levanto la mirada con esfuerzo y dolor, quedando a vista de aquel hombre al cual había robado su dinero.

–¿Dónde está mi dinero?– pregunto. Tom solo lograba respirar por la boca. Estaba temblando, quería irse de ahí.

– No se de que me esta hablando.

–¡Bah!– solto amargado. Hizo una señal con su mano.– Matenlo...

Fue todo lo que finalmente dijo. Cuando aquellas palabras se escucharon, Tom intento correr, pero fue muy tarde su reacción, el ya estaba sujeto por los cuatro hombres.

Fue tirado al suelo a patadas. Su cara había sido raspada por el suelo granoso de la pista. Pronto llegaron las patadas...

–¡AAAHH!– grito adolorido. Acababa de revir una patada en la cara, dejándo la sangre brotar por todos lados.

Una patada más, y otra. Su cuerpo estaba débil, sentía que ya no podía más.

Con sus últimas fuerzas, retiro aquella foto de su pequeño. Los golpes seguirán y él solo contemplaba la foto de su niño, como si fuese lo último que viera esa día.

–¡Maldito puto!– escucho decir a uno de sus abusadores. El mayor se arrastro a pocas fuerzas, con cada recuerdo viviendo en su mente.

Acaricio la imagen de su pequeño, enbarrandola de sangre.

– Perdón...

Fue lo último que dijo. Sonrió.

Un disparo en la cabeza había acabado con su vida.

Solo los dos [Toll] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora