cap 8

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Todo había ocurrido tan rápido que Tom no supo en qué momento había acabado en un salón vacío, con Hanna, ambos sentados. No se podían llevar a Bill, se suponía que él debía cuidarlo.

Sus zapatos subían y bajaban en el suelo, provocando un ruido muy intenso e incómodo.

– No lo entiendo.– susurrado entre los dorso de sus manos.– Simplemente no lo entiendo.

– Tom, creo que Bill merece algo mejor...

–¿¡Mejor a que!?– se levantó de la silla de golpe, tirandola atrás de él. Tenía las manos firmes en la mesa y su espalda estaba encorvada para delante, quedando casi cerca a la encargada.–¡Mi vida estaba llendo perfecto! ¿Por qué ahora? ¡Ni siquiera lo sabía, joder!

– Se te iba a decir, claro que lo ibas a saber, eres el hermano.

–¿Entonces por que carajos tenían a Bill intimidado con ellos? ¿Por qué mi bebé lo supo primero?– las lágrimas amenazaban con salir, sentía ganas de gritar ahí mismos y estallar. No podían hacerlo eso, no a ellos.–¿Por qué el daño recaee en él y no en mí?

– Esto no se trata de daño, se trata de lo justo.

–¿¡Que es justo!?– grito. Acababa de estallar. Camino por toda la habitación hasta quedar en una pared.–¡Esto no es justo!

–¿¡Y que esperas!?– Hanna tomo altura, también se encontraba alterada.–¿¡Que deje a Bill contigo, en esa mierda!? Tom siquiera te alimentas. Después de la operación, Bill requerirá de medicamentos y una buena alimentación. Tu vida es una mierda, esa pocilga en donde vives no es para un niño de doce años como Bill ¡No!

Tom trago saliva un par de veces más. Aunque odiara darle la razón a Hanna, sabía que era verdad. Hacía días que no probaba un bocadillo de comida, y el lugar en donde se alojaba, ni hablar...

– Esas personas lo cuidarán, le querrán, le daran mejores...

– Bill no quiere cosas caras, él solo me quiere a mí.– interrumpió.–¿Que opina mi bebé sobre esto? ¿Acaso acepto?

– No. Pero se que lo hará si tu apoyas en esto.– Hanna camino hasta quedar con a altura de Tom. No era tan pequeña que el mayor, le llegana hasta los hombros o un poco más. Sujeto sus manos y obligó a Tom mirarla.– Tom, es necesario esto.

Tom tembló, sus ojos rojos por las lágrimas miraban a la encargada. No podía aceptar aquello, sería un martirio vivir sin su pequeño, despertar sin él, dormir sin él. No verle y tenerlo lejos. Pero sabía que aquellas personas le darían una mejor vida y unos mejores estudias.

–¿Puedo hablar con ellos?– habló después de tiempo.

– Si, claro. Ahora los llamo.

***

– Y bien. Vosotros quieren a Bill ¿Verdad?

– No se trata de querer, ambos buscamos un niño desde mucho tiempo. Y al escuchar la historia de tu hermano, supimos que nos necesitaría.– habló el esposo. Tom tomaba aire a horcadas.

Ya tenia todo en mente, y sabía que era lo que quería. Lo había pensado, y no quiso más tiempo, por que sabría que cambiaría de opinión y era lo que menos deseaba.

– Saben que no quiere irse de mi lado, como yo también quiero.

– Se que es difícil.– habló la señora rubia.– Pero creo que es lo mejor. Te hablo como una futura madre, no por el simple hecho que nos hayamos interesado en ese pequeño no significa que no sentimos lastimas por vosotros dos...

– Porfavor no siga...

– Imagina en todo lo que Bill va a tener con nosotros, los estudios que tendrá...

–¡¡Basta!!– grito. Tom se sentía inútil en este caso. Estaba harto que jugasen con su mente con cada palabra. Apretó los ojos, y sus manos apretaban su cabeza.

– Muchacho.–llamo el señor.– Piénselo.

Tom apretó los dientes, se acercó a ambos y le señaló con el dedo índice.– Solo quiero pedirle algo... Solo una puta cosa.

Porfavor...

@Anatwinces.

Solo los dos [Toll] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora