"Recuerda mis palabras, las que nunca olvido resonarán en tu mente hasta que descubras lo que significan para mi". Dijo con rabia justo antes de que la bala alcanzara su pecho.
El sol apenas se filtraba a través de mis cortinas cuando abrí los ojos en un profundo invierno casi polar. Era noviembre, día seis, año 1974 en Dynsk, la ciudad fronteriza más importante de Mavintor. Dynsk era una ciudad que, más allá del peligro que corren sus habitantes debido a múltiples atentados a manos de inmigrantes extranjeros, es una ciudad envuelta en secretos y sombras, donde cada callejón esconde más misterios de los que el tiempo puede Contar.
La luz del amanecer apenas alcanzaba a iluminar las estrechas calles de oscuros edificios, creando un juego de sombras bastante interesante entre el viento y la escasa luz. El aire frío se colaba por mi ventana entreabierta, llevando consigo el aroma a humedad y desesperanza que siempre parecia impregnar el ambiente de este lugar. Las calles vacías y desiertas a esta hora parecían esperar con aliento algún giro, algún cambio que haga sus días más interesantes, al igual que yo, buscan una vida que se aleje de la monotonía y regularidad de cada día.
He sido testigo, desde mi temprana infancia, de como la vida en esta ciudad moldeaba cada aspecto de mi existencia, de cómo mínimos sucesos aparentemente sin importancia alguna cambian bruscamente nuestras vidas, y de ello no solo he sido testigo, también víctima.
Me levanté y como solía hacer todos los días, taché el día de ayer, martes, con un bolígrafo rojo que tenía encima de la mesa. Un círculo rodeaba el día de hoy y es porque no es un día como lo sería cualquier otro, de eso estaba segura, "miércoles, un día peculiar desde luego". Recogí mis libros, estuche, libretas... esas cosas que suelen hacer falta para estudiar ¿ no?
Sin gana alguna me vestí e intentando no hacer ruido llegué a la cocina, aunque mi esfuerzo fue en vano cuando moví la silla de la cocina y desperté a mi hermano Adam, al cual podía oír quejarse desde su habitación. Era totalmente normal, el pan de cada día. Adam era muy quejica y las paredes de mi casa parecían estar hechas de papel, se escuchaba lo que pasaba en cada esquina.
—Ugh... maldita enana -gritaba molesto.
—oh, ¿he despertado a la princesita?- le hacía rabiar- perdona, de verdad.
—¿QUÉ ME ACABAS DE LLAMAR?-empezó a vestirse rápidamente.
—prin-ce-si-ta, con todas las letras. Encima de quejica también sordo.
Escuchaba a Adam recoger a toda velocidad sus cosas para ir al trabajo, intentando salir lo antes posible de su cuarto para poder venir y cerrarme la boca de un puñetazo. Saqué el desayuno de Adam de la nevera como habría hecho con el mío y me lo tomé, ¿acaso mamá aun no entiende que me gusta más la mermelada que la mantequilla? Cuando bebí el último sorbo de leche que había en el vaso, Adam, medio despeinado y con más prisa que nunca se quedó de piedra al verme tomando su desayuno
—DIOS, ¿¡TE ACABAS DE TOMAR MI DESAYUNO?! —estalló en ira— ¡SABES QUE SOY ALÉRGICO A LA MANTEQUILLA
—uh, mala suerte esta vez —contesté mientras cogía mi mochila- pero luego me lo cuentas, si eso.
—¿queréis callaros ya? —gritaba mamá-desde primera hora de la mañana pegando voces.
Tan pronto como cerré la puerta, soltó un grito tan fuerte que la barandilla de la escalera retumbó fuertemente, era estremecedor. Los vecinos, como siempre, se empezaron a quejar de los ruidos por las mañanas días después, lo cual veo completamente normal. Aguantándome la risa, salí del edificio y me dirigí a donde iba todos los días laborales, la escuela. Era un camino bastante largo, por eso me levantaba tan temprano siempre, si llegaba tarde, me tocaba castigo y, créeme, no tenía ganas de recibir golpes con una regla o de estar tres horas de pie sosteniendo una moneda con la nariz a primera hora de la mañana.
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Entre cartas y secretos
Mystery / Thriller-Capítulo nuevo todos los lunes y viernes - Karin manchó sus manos de una sangre que nunca pensó tocar, pero que ese suceso le llevara más lejos de lo que nunca creyó, fue aún más inesperado. Hemlock fue su salvación, un ángel caído del cielo, su pr...