Capítulo 8

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Francis Durán

Hola Francis 

Perdón por no contestar, me quedé dormida

11:37 AM


Buenos días Claudia

No importa, yo te hablé muy tarde. ¿Cómo estás?

11:38 AM


Bien, descansando para esta semana

¿Y tú?

11:38 AM


También 😅

11:39 AM

Comenzamos una conversación donde saqué el tema del festival. Me comentó que se irían el viernes a presentar en Calama y luego a Concepción, por lo que estos días los utilizarían para descansar. 

Por otro lado, el Francis me preguntó sobre el estado de mi ojo. Dijo que se preocupó mucho al verme llorar en el auto, ya que las lágrimas hicieron que el maquillaje se corriera, dejando ver el moretón de mi lado izquierdo (pero él no lo mencionó en el auto porque estábamos hablando de otro tema). Aun así, dijo que no podía dejar de mirar esa parte de mi rostro.

Realmente estaba preocupado, weón tierno.

Hablamos de varias cosas y me entretuve caleta con él, pero la conversa no duró mucho, pues el Francis tenía cosas que hacer. Dejé mi celular en el velador y me dediqué a matar el tiempo toda esa tarde.

(...)

Lunes_ 08:25 AM.

Al entrar a mi trabajo me topé con mis colegas. Hablamos un poco y dos de ellos decidieron acompañarme como testigos para hablar con mi jefe. Y si el weón no me daba una solución, tendría que ir a inspección de trabajo.

Lo malo de este lugar chanta era la ausencia de cámaras. No tenía ni una grabación para comprobar que el Daniel agredió de mí en la sala de descanso, así que no estaba segura si el jefe creería en mi palabra.

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¡Lo hizo! 

Gracias a mis testigos (que eran los que más salieron golpeados) logramos hacer que tomara la denuncia por escrito, el cual se llevará a inspección de trabajo en la espera de ser recepcionado e investigado. Yo ya hice mi parte, ahora debía esperar a que esos weones se pusieran las pilas.

—Gracias por acompañarme —agradecí a los cabros antes de separarnos al final del pasillo.

—De nada Claudia, igual teníamos que venir a reclamar. El culiao nos dejó pa' la cagá —dijo el camarógrafo.

—Lo siento... —me sentí mal por ellos. Me ayudaron mucho y salieron peor que yo—. ¿Saben algo de él? No creo que haya venido, sería muy cara e' raja.

—No lo vi entrar, dudo que haya llegado —respondió el técnico de sonido.

—Mejor así. Nos vemos chiquillos, cuídense.

Después de eso, toda la mañana estuvo tranquila. No vi al Daniel en ningún momento y era lo mejor para mi paz mental. Esperaba que toda la semana fuera así. 

ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 ℙ𝕖𝕣𝕕𝕚𝕕𝕠 (Francis Durán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora