Capítulo 12

93 13 1
                                    

Grité cuando salieron al escenario. Lo hice tan fuerte que la Romina se sobresaltó a mi lado. 

—Ay, perdón —me disculpe, pero ella solo sonrió y negó a la vez. 

Los chiquillos tomaron posición y acomodaron sus instrumentos. No sabía con cuál empezarían y me moría de nervios. Fue entonces que la Nati comenzó a tocar su batería, iniciando con "Miño".

¡Conchetumare qué fuerte! 

Canté tan alto como pude y aun así no escuchaba mi voz. ¡Era impresionante escucharlos en vivo! Era otro nivel y jamás lo olvidaría en mi vida.

Miré expectante a cada uno de ellos. Todos lo hacían increible, pero el que más llamó mi atención por unos segundos fue el Francis. Era el más próximo hacia mí y en medio de la canción giraba de vez en cuando para verme cantar tras el escenario y me sonrió.

¿Me sonrió? 

Sí, me sonrió. Era una sonrisa tierna, como si estuviera asegurándose de que la esté pasando bien. De ahí no pude quitarle los ojos de encima. Sus movimientos; la manera en que tocaba la guitarra y el agitar de su cabeza que hacía mover su pelo, hizo que me diera un cosquilleo en la guata. Se veía... hermoso.

Cautivador.

Sacudí mi cabeza por la mierda que estaba pensando y vi al Gonzalo para saber si sentía lo mismo, nada; Vi al Álvaro, nada; Al Mauri, nada; A LA NATALIA, nada.

Solo era él.

Comenzó a sonar "Quien fuera" y la gente gritó eufórica. En cambio yo dejé de cantar y de moverme. Y no, no estaba enferma ni me sentía mal. Solo me quedé apreciando la melodía y al hombre de naranja que me hizo conectar más con la letra.

Corazón~
Corazón obscuro
Corazón~
Corazón con muros
Corazón que se esconde
Corazón que está dónde
Corazón~
Corazón en fuga~
Herido de dudas de amor~

No, no puede ser.

.

.

.

.

.

El show seguía, pero yo decidí irme a la sala donde anteriormente estaba con la Romi. Saqué un poco de agua del bidón y me quedé apoyada en una mesa cerca de la puerta para calmar el dolor de garganta que tuve por gritar tanto. Me hice cagar.

Sonó mi celular y lo saqué de mi bolsillo. Era un mensaje.

Cataaa

Amigaaaa voy a mandarte los videos que grabé. Los cabros se fueron del escenario

22:22 PM

¿¡CÓMO!?

No escuché la música y los gritos del público me alertaron. ¿¡Ya terminó!?

Giré mi cuerpo para salir de la sala y choqué con alguien que estaba entrando al mismo tiempo. Y como tenía el vaso de agua en una mano, se me calló mojando mi brazo derecho.

¡Ay, perdón! Claudia, no te vi.

Sujetó mi brazo para ver la cagadita que se mandó. Ambos miramos el agua esparcida por el piso y el vaso de plástico a un lado. 

—Me asustaste, papá —me aparté de él—. ¿Qué está haciendo aquí? —Tomé un poco de toalla nova de la mesa para secar el piso.

—Te estaba buscando.

ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟 ℙ𝕖𝕣𝕕𝕚𝕕𝕠 (Francis Durán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora