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𝐏𝐚𝐝𝐨𝐤𝐢𝐚

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𝐏𝐚𝐝𝐨𝐤𝐢𝐚

— ¿Podemos hablar? — Hina alzó la mirada tras escuchar la voz de su madre.

Asintió indicando que ingresara a su habitación para conversar. Su madre cerró la puerta y avanzó con paso lento hasta llegar al borde de la cama y tomar asiento junto a Hina.

— Lo siento si te hice sentir mal. — se disculpó sorprendiendo a Hina.

llevaban varios días y Hina estaba comenzando a creer seriamente en que su madre no volvería a dirigirle nunca más la palabra, por esa razón esa disculpa la tomó por sorpresa.

— Como tu madre jamás me gustaría hacerte sufrir. — su mano viajó al cabello de la más joven, acariciando la longitud de este — Es solo que me gustaba tu cabello largo, tan bonito...

Hina sintió la necesidad de darle una explicación — Estaba aburrida de los mismos peinados de siempre, quería algo nuevo y jamás me había cortado el cabello, pensé que a ti y a papá les gustaría... — musitó cabizbaja.

— Te ves bonita. — halagó con voz suave — Me tomó por sorpresa, pero ya me estoy acostumbrando a... a esta... — pausó buscando las palabras correctas — Esta nueva imagen. — finalizó con una sonrisa algo forzada para Hina.

— De todas maneras, creo que puedo escoger con más libertad qué cosas quiero y que no...

— Mientras vivas bajo nuestro techo no puedes hacer y deshacer sin consultarnos, debes pedirnos permiso, como tus padres queremos únicamente lo mejor para ti. — depositó la misma mano sobre el hombro de su hija, dando ligeros apretones — A la próxima solo pregúntanos antes de tomar decisiones por tu cuenta, así no nos llevamos tales sorpresas como estas...

— Pero... — su madre no le permitió hablar, ya que se levantó del borde de la cama sin borrar aquella sonrisa forzada de su rostro.

— Te quiero, cielo. — Hina la siguió con su mirada en silencio, rendida a alguna opción de diálogo con ella — Por cierto, saldremos a cenar con tu padre.

š…šžš¢š­ššš§  | š‡š±š‡ Ė£ įµ’į¶œ į¶ įµ‰įµDonde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora