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Hina observaba la pantalla de su celular, le había contado a Feitan sobre su pequeño accidente del día anterior, ya que por fin había logrado recuperarse un poco más. Estuvo durmiendo desde que llegó a casa hasta hace una hora atrás. Se sentía extremadamente agotada, hasta molida, era una sensación extraña de describir para ella misma.
Feitan se "mostró" preocupado o al menos eso infirió por los mensajes que este le envió cuando le contó que no pudo responder sus mensajes por haberse desmayado. Se había perdido el momento que más esperó el día anterior.
Sus padres no la dejarían salir hasta que viniera el medico de Hina a examinarla y eso iba a tomar unos días ya que este se encontraba de viaje, pero por la insistencia de su madre este señor intentaría llegar lo antes posible.
Por mientras este aconsejó aumentar las dosis y utilizar las de emergencia, las cuales casi ni se vio en necesidad de usar hasta ahora. Tal vez por eso se sentía más agotada de lo normal.
Sus amigos igual estaban atentos a su estado de salud, se habían llevado un gran susto cuando Hina no reaccionaba, sobretodo porque por primera vez vieron a su padre alterado.
Hina le escribía a Feitan sobre cuán aburrida estaba y que ojalá tener compañía, no llevaba ni un día y ya estaba aburrida de mirar el techo de su habitación, y pensar en que ella iba a tener que aguantar estar más días así hasta que llegara su médico y eso le daba dolor de cabeza.
Por otro lado, Feitan ya estaba comenzando a sospechar que algo andaba mal en la familia de Hina, ¿el motivo? Ese día que ingresó a su casa y cuando pensaba que no hallaría nada interesante, dio con una pequeña caja fuerte.
Unos frascos de medicación, los cuales supuso que eran de Hina. No se llevó un frasco como tal, sino que tomó unas cuantas pastillas del contenido y así pediría que las analizaran. Encontró unos papeles en un idioma que él no entendía así que descubriría que significaban después.
La madre de Hina casi lo descubre y debió esconderse, por suerte el padre de la joven llamó a tiempo anunciando que algo había sucedido con ella y que llamara al medico de la joven.
Feitan entendía que la madre de Hina se preocupara y quisiera que el médico de confianza examinara a su hija lo antes posible, pero, ¿por qué no llevarla a otro médico especialista si era tan urgente? ¿por qué esperar exactamente a ese sujeto? Algo dentro de él sospechaba de eso.
Una vez que tuviera la respuesta en el medicamento de Hina procedería a buscar con mayor profundidad, porque algo más sospechoso era, ¿por qué esconder el medicamento tan importante de su hija en una caja fuerte? Feitan necesitaba entrar a esa casa otra vez.
