Deku sonrió en silencio mientras observaba a Mirio desde lejos, completamente fascinado por Melissa. Podía ver cómo los ojos de Mirio brillaban con una mezcla de admiración y emoción cada vez que ella hablaba. La sonrisa de Mirio se ensanchaba con cada palabra que Melissa pronunciaba, mostrando una alegría genuina y contagiosa. Era evidente que el chico estaba completamente enganchado con la chica, perdido en cada gesto y en cada risa que compartían.
Deku decidió dar un paso atrás y dejarlos solos por un momento, sabiendo que necesitarían un espacio tranquilo para interactuar y conocerse mejor sin interrupciones. Se apoyó contra una pared cercana, observando la escena con una mezcla de curiosidad y satisfacción. Pudo notar cómo Mirio se inclinaba ligeramente hacia Melissa, colgando de cada palabra, como si todo su mundo se redujera a la conversación que estaban teniendo.
Melissa, por su parte, parecía igualmente cautivada. Sus ojos se iluminaron al ver la atención inquebrantable de Mirio y, a medida que hablaban, su postura se relajó, mostrando una confianza y comodidad crecientes. Los gestos suaves de sus manos mientras explicaba algo y la risa melodiosa que ocasionalmente brotaba llenaban el aire con una calidez palpable.
Deku no pudo evitar sentirse feliz por su amigo. Ver a Mirio tan feliz y entusiasmado le recordó la importancia de esos momentos especiales, donde dos personas realmente conectan. Aunque su instinto era acercarse y unirse a la conversación, sabía que este era un momento importante para ellos, uno que necesitaba ser compartido sin distracciones.
Mientras se alejaba discretamente, Deku pensó en lo mucho que admiraba a ambos. Mirio, con su inquebrantable espíritu y energía contagiosa, y Melissa, con su inteligencia y amabilidad. Juntos, parecían encajar de manera perfecta, como dos piezas de un rompecabezas destinado a completarse. Deku se prometió a sí mismo estar ahí para apoyarlos en lo que necesitara, pero por ahora, era el momento de que Mirio y Melissa exploraran esa nueva y emocionante conexión por su cuenta.
Con una última mirada de aprobación, Deku se retiró a una distancia prudente, dejándolos sumergirse en su mundo compartido. Estaba seguro de que algo especial estaba floreciendo entre ellos, y no quería ser el que interrumpiera la magia de esos primeros momentos.