Siendo honestos, a Izuku no le hacía mucha gracia la idea de que él fuese su vecino.
La verdad es que no le hacía ni puta gracia.
Bien es cierto que sabía que en ese piso no había vivido nadie en muchos años y el edificio solía estar más animado cuanta más gente hubiese.
También era cierto que realmente solo lo conocía de la interacción que tuvieron en la cafetería, por lo tanto no lo conocía bien.¿Pero era obligatorio que fuese ese hombre?
Miraba al techo de su habitación, aburrido, sin haber podido dormir en toda la noche por aquel problemilla de no tener trabajo ni ingresos en casa de un día par otro. Pensó que una mejor opción era pensar en aquel hombre y cómo evitarlo por el resto de su existencia en el piso.
Hasta ahora no le había ido muy mal, habían pasado dos semanas desde su despido y no se lo había encontrado ni una sola vez.
No es que no le gustase socializar, adoraba hablar con la gente, ¡Sobretodo con sus vecinos!
Podían formar lazos y ayudarse entre sí en tiempos de necesidad, ¡Todo eran ventajas!Pero con él no.
A él se le veía siempre malhumorado, enfadado, o con ganas de pelear con el primero que se cruzase por la calle, fuese quien fuese.Izuku era el primero en decir que las apareciencias engañan y que no se debía juzgar a nadie sin conocerlo.
Pero es que con ese tipo era distinto.
Seguro era de esos que estaban sentados en un banco en el parque y esperaban a que pasase un niño corriendo para ponerle la zancadilla y que se comiese el suelo.
O de esos que ni dejaban propina, que pagaba menos de lo que debía en sitios de comida y encima formaba un alboroto si el camarero pedía lo que le faltaba.
¡O de esos que hacían mala comida y se la daban a sus vecinos a propósito!
¡O de esos que-!Al oír un par de golpes en la puerta se asustó, saliendo de su círculo de pensamientos ansiosos y yendo a contestar lo más rápido posible, por si acaso la persona se enfadaba por verle tardar.
Al abrir se encontró con un par de paquetes, uno del que reconoció la caja y otro que no tenía ni idea de qué podía ser.
Metió ambos a la casa, llevándolos al salón con algo de ilusión.Abrió el que sabía que era, sonriendo para sí mismo al verlo.
Café verde.A ver, tenía una pequeña explicación para el porqué había pedido eso.
Sabía de sobra que el café verde quemaba grasas y ayudaba a controlar el peso, ¡Pero no era para nada por eso!
El verde era su color favorito, y por eso se lo había comprado. Le hacía muchísima ilusión tomar café de su color favorito hecho en una máquina de café buena (Sí, la tenía en la cocina aún, no pensaba tirarla).Y ahí, sentado en su sofá, mirando a sus bolsitas de café, comenzó a sentirse ridículo, estúpido, infantil e idiota por haber comprado café así solo por su color.
Lo dejó de lado sin querer sobrepensar en algo tan tonto, abriendo el otro paquete con curiosidad.
Lo miró confuso, viendo varias camisetas oscuras con una calavera en el centro y algunas líneas naranjas en la parte de abajo, cuello y mangas.
Le dió la vuelta para ver la parte de atrás, viendo que ponía en grande y naranja "DYNAMIGHT"No tenía ni idea de qué podía ser.
Volvió a cerrar la caja sin mucho interés en ella, levantándose del sofá, estirándose un poco, y poniéndose algo de ropa decente, agarrando bastantes copias de su currículum para salir a la calle.Necesitaba trabajo de forma urgente.
☕
Pasó la tarde de local en local, yendo a cafeterías, museos, restaurantes, tiendas de comida, supermercados.
Fue a todos y cada uno de los sitios donde se le ocurría que podía trabajar, dejando su currículum, esperando tener suerte y poder ganar dinero pronto.—¡Muchas gracias por atenderme! ¡Esperaré su llamada!
Hizo una reverencia ante la dueña de aquella pastelería, saliendo con una gran sonrisa en la cara, pensando en volver a casa, pedir un poco de comida a domicilio, y cenar tranquilo viéndose una peli en su sofá.
Llegó a su piso feliz, casi subiendo la escalera saltando, y al llegar al rellano donde estaba su pisito, le vió a él abriendo la puerta de su casa.—Hola.
—Hola. —Izuku no quería tener una conversación larga con él, por lo que solo fue con la cabeza gacha hacia su puerta, guardando sus papeles bajo su brazo para poder abrir.
Notó que tiraban de los papeles, y maldijo para sí mismo al darse la vuelta y verle leyendo.
—¿Llevas todo este tiempo buscando trabajo? Hace mucho que no te veo por aquí.
—...más o menos.
—Me habías dicho la última vez que hablamos que te habían despedido, ¿No?
—Sí.
El rubio rió un poco, devolviéndole en currículum con una sonrisa que trataba de no reírse a carcajadas frente a él.
—¿La de InfoJobs te la sabes? —Izuku dejó de mirarle para volver a centrarse en entrar a casa, ignorando al rubio, que le dió un escalofrío al posar la mano en su hombro. —Oye, no seas así, que era una broma.
—Tienes un sentido del humor muy raro.
—Venga, ¿No te quieres llevar bien con tu vecino? —Izuku abrió la puerta antes de darse la vuelta para mirarle. —Y lo de InfoJobs era medio en serio, que es más fácil que pasarte todo el día repartiendo papeles por ahí.
Izuku le quitó el papel de las manos, sonriendo sin ganas mientras se metía a su casa.
—Lo tendré en cuenta.
Era una completa mentira.
Cerró la puerta y se sentó contra ella, dando un largo suspiro.A lo mejor no era lo suficientemente maduro como para ser un adulto medianamente autosufiente, a lo mejor tendría que volver a vivir con su madre.
...el punto era que quería llevarse bien con él.
☕
Le despertaron temprano, a las seis de la mañana.
Dormía tranquilo... Más o menos.
Por lo visto su vecino estúpido le había pedido su número a otros vecinos, y se había pasado bastante rato escribiéndole.
No entendía ese intento repentino y sin sentido por llevarse bien con él.Aparte de aquello, cuando fue a ducharse no había agua, por lo que se sentía sudado y mal con su olor.
Vale, sí, puede que debiese dinero desde hacía una semana y por eso le hubiesen cortado el agua.
Pero tampoco creía que fuese para tanto.Se levantó de la cama medio aturdido por el sueño, golpeando su pie con la esquina de la cama, aguantándose un grito de dolor mientras iba a la puerta.
—¡¿QUIÉN- ?! Oh- Hola.
El dueño del bloque de pisos.
El hombre le miró mal, dándole un papel mientras ponía una de las sonrisas más falsas que había visto en su rostro.
Izuku frunció el ceño mientras miraba el papel, sin entender qué hacía allí tan temprano ni que eran esos papeles.—Lo siento mucho. —Sabía que era mentira. Se notaba que era mentira. —Pero ya te has retrasado una semana en el pago del alquiler. Si no me pagas hoy me veré obligado a echarte.
—P-pero no tengo dinero-
—No es mi problema, yo también tengo cosas que pagar.
El hombre se marchó sin decir una palabra más.
Su garganta se cerró.
El mundo tembló.
Todo se oscureció mientras su cuerpo colapsaba contra el suelo y empezaba a temblar....
Qué curioso.
Hacía mucho tiempo que no le daba un ataque de pánico.
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Con Dos De Azúcar, Por favor | Bkdk
Fanfiction☕ La lluvia le hacía gafe. ¿Se puede considerar una nube realmente un café? ¿Porqué le echarías azúcar al café?