12-¿Estafa?

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Aquellos días fueron un poco raros.
Después de aquel repentino cabreo de Izuku, Katsuki no sabía cómo comportarse con él o a su alrededor.
Ya no se llevaba a chicos a casa, incluso podía arriesgarse a decir que estaban mejor que antes porque Izuku había vuelto a como se comportaba antes del estúpido comentario que hicieron en su directo.

Aún así la actitud de Izuku no le había gustado, y puede que quizás el tuviera parte de la culpa...
Bueno no.
Definitivamente él tenía toda la culpa.

Lo sabía, sabía porqué y podría dar mil razones por lo que aquello era culpa suya, pero se negaba a admitirlo, verbal, escrita, o mentalmente.
Era alguien orgulloso, ni de broma iba a reconocer su error.

Estaba haciendo un Stream, gritando y hablándole al chat como de costumbre, frunciendo de vez el cuando el gesto de forma disimulada cuando le mencionaban al pecoso pero aún así manteniendo la compostura; no iba a contar su pelea.
Eso eran cosas personales y no quería que Izuku viese el stream y pensase que iba contando sus cosas por ahí.

Él no era así, prefería guardarse los detalles personales de su vida para sí mismo.

Leía el chat cuando un comentario le hizo lazar una ceja, confuso.
Se quitó los cascos un momento, pausó el juego y bajó el volumen de música rock que normalmente tenía en el fondo de sus streams.
Se estiró hacia atrás en la silla, y le gritó a Izuku, porque claro, eso era más fácil que mandarle un mensaje o levantarse para hablarle.

—¡Izuku! ¡Alguien en el chat me dice que revises los mensajes de tus comisiones!

Escuchó un par de golpes seguidos de un "Ya voy, gracias", seguramente había sido calcetines o el pecoso había tirado algo al suelo sin querer, y seguido de aquello un silencio absoluto.

Continuó con su juego un rato hasta que unos pasos rápidos corriendo se dirigieron a su habitación, la puerta se abrió de golpe y una fuerza bastante pesada casi le tira al suelo, pero por suerte solo hizo su silla girar de forma brusca.
Izuku se había tirado sobre él, arrastrando su silla y haciéndola dar vueltas mientras que él cayó al suelo.

El rubio se levantó de su silla, asustado, escuchando los maullidos quejosos de Mía acercarse de a poco.

—¡¿Estás bien?! —Izuku solo reía, su cara totalmente roja mientras se revolcaba en el suelo. —¡¿A tí que mierda te pasa?! ¡Te puedes haber hecho daño!

—¡Voy a ilustrar un libro!

—¿Eh?

Izuku se levantó del suelo y le abrazó con fuerza, aún sonriendo mientras de vez en cuando soltaba alguna que otra rosita feliz.

—¡El mensaje era de una editorial! ¡Voy a ilustrar un libro! ¡Y voy a ganar dinero y-y te podré pagar y me podré comprar mi propia casa y mudarme y-!

Katsuki había dejado de escuchar en ese momento.
Rompió el abrazo y agarró al pecoso por los hombros, mirándole serio.

—Oye, relájate un poco y enséñame ese mensaje, a ver si no te están estafando.

Se arrepintió al momento de sus palabras cuando la sonrisa de Izuku se borró y miró al suelo triste.

—Oh. Claro.

El pecoso estaba sentado en la cama de la habitación de invitados, callado, mirando al suelo de forma desanimada mientras Katsuki miraba el mensaje en silencio y con el cejo fruncido.
Había finalizado el Stream y llevaba más de media hora buscando información de la editorial.

El mensaje le decía a Izuku que se llevase una carpeta con algunos dibujos al edificio de la editorial para evaluar mejor la decisión que habían tomado, y al rubio le daba rabiar que el otro no dejaba de insistir en ir.
Entendía su ilusión, pero es que...

Con Dos De Azúcar, Por favor | BkdkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora