Llevaba esperando lo que para él era una eternidad y en realidad fueron poco más de cuarenta minutos.
Movía su pierna arriba y abajo de forma nerviosa, mordiéndose las uñas.
Bakugo jamás lo admititiría, pero era alguien nervioso, ansioso, alguien que a veces pensaba demasiado y que usaba esa actitud brusca para sobrellevar sus nervios.Pero nunca lo diría en voz alta.
Eso era de débiles, él no era débil.No paraba de pensar en lo que Izuku había mencionado.
"Mudarse" "pagarle".
Por lo de pagarle no se iba a quejar, nunca venía mal un poco de dinero, y pensándolo bien, ¿Porqué le había dejado quedarse en su piso en primer lugar?
Fue una acción absurda, ridícula.
Pero aquellos ojos... Aquella mirada...
Aquél...
Ese chico simplemente fue...Mordió con fuerza su dedo pulgar para quitar aquellos pensamientos de la mente, centrándose en el otro tema.
Lo de mudarse.
¿Porqué se querría mudar?
¿Tan desagradable era?
¿Era un compañero de piso tan horrible?No, seguramente no era por eso, probablemente lo único que pasaba era que Izuku quería ganar su independencia de vuelta, querría sentirse un adulto de nuevo, alguien que pudiera vivir por sí mismo.
No dejó de darle vueltas a lo mismo hasta que el pecoso salió de aquel despacho, dirigiéndole una última sonrisa a la persona que había dentro antes de mirar al rubio.
Sus ojos estaban llenos de lágrimas, sus mejillas sonrosadas y las manos le temblaban un poco.—¿Qué tal, cómo ha ido? —Izuku solo le miró con el labio inferior temblando, como con ganas de llorar. —Mierda... ¿Ha ido mal?
Izuku negó con la cabeza, sonriendo entonces un poco, su compañero de piso se levantó de la silla, abrazándole, sabiendo solo con haberle mirado a la cara que lo que necesitaba era justamente aquello.
Midoriya se aferró a su espalda, empezando a llorar, totalmente emocionado.
—Me dieron el trabajo...
Katsuki se separó de él y le dió un pequeño golpe en la nuca, frunciendo la expresión y tirando un poco de su oreja, como si fuera una madre riñendo a su hijo.
—¡Idiota de mierda! ¡No me asustes así!
Izuku solo soltó una larga carcajada entre lágrimas, intentando contarle los detalles de su entrevista.
La gente del edificio les miraba de forma extraña.
Era normal, ya que uno estaba gritando totalmente enfurecido por el melodramatismo del otro que reía y lloraba, tratando de explicar lo bien que había ido la entrevista.☕
—¿Entonces vas a pasar el día dibujando y trabajando?
—Ajá.
—¿Y qué pasa con la universidad? ¿No vas a seguir con tus estudios? No deberías tirarlo por la borda; los estudios dan grandes oportunidades laborales.
Estaban ya en el piso, de vuelta con calcetines que estaba sobre el regazo del pecoso, ronroneando feliz y frotándose contra él, buscando un poquito de cariño por parte de su dueño.
Este tomaba un café verde tranquilo mientras Bakugo preparaba Katsudon para la cena.
Hablaban un poco de la entrevista, de los planes futuros del de pelo rizado.Hablaban de eso porque Katsuki quería saber lo que planeaba hacer el otro, solo para asegurarse de que iba a estar bien, y para asegurarse de darle consejo.
...claro.
Solo para eso.Ante la última pregunta de Katsuki, Izuku suspiró, mirando al suelo.
—Hace meses que dejé los estudios, no podía costearmelo todo, ¿No te diste cuenta de que solo salgo de la casa para trabajar en la pastelería?
—Oh... La verdad es que no me di cuenta de eso.
Terminó de cocinar, sirviendo la comida en silencio, echando a Calcetines del regazo de Izuku para que pudiese comer tranquilo.
Se sentó a su lado, empezando a comer, a lmpeclso dejando el café de lado para empezar a comer.—Te salió tan rico como siempre.
—Gracias.
El silencio se instaló en el salón unos segundos, solo oyéndose los pequeños maullidos de súplica de Calcetines para que le diesen comida, cosa que Katsuki le tenía estrictamente prohibida a Izuku pero que él hacía igualmente porque le daba pena y él era quién había encontrado al gato; tenía más derecho sobre el animal según su propia lógica.
El rubio miraba de reojo a Izuku de vez en cuando, pensando en cuándo sería el momento indicado para hacerle la pregunta, el momento indicado para cuestionarle aquello que había dicho.
Aquel pequeño detalle sobre sus planes que no le había gustado.
Y no pretendía controlar su vida, ¡Por supuesto que no! Él no era nadie para frenar al pecoso en sus planes o para no apoyarle en sus sueños, era su amigo y, como buen amigo, debería darle el apoyo que se merecía.
...pero había un pequeño detalle...—¿Hablabas en serio sobre lo de mudarte?
Lo preguntó casi en voz baja, mirando a su plato de comida, avergonzado de hacer esa pregunta tonta.
—Claro. Quiero comprarme una casa o un piso para vivir, quiero ser independiente. ¿Lo dices por Mía? Podemos tener custodia compartida.
El pecoso sonreía de forma boba, y Bakugo tuvo que agachar la cabeza para que no se viese el sonrojo de su rostro.
Dios...
Ese chico era tan...
Tan...—No lo digo por la gata, lo digo por tí. Haces buena compañía, me he acostumbrado a vivir contigo.
—Es bontio que seas tan honesto, pero nuestra amistad no se va a perder porque me mude, podemos seguir quedando, puedo ir a tu restaurante a cenar... —Izuku tomó otro bocado de su Katsudon. —Además, no sé porque te preocupa el tema, solo soy yo soñando despierto, no sé si voy a ganar suficiente dinero como para todo eso.
El esposo rió un poco para sí mismo y continuó comiendo mientras que Katsuki suspiraba, terminando su Katsudon con la cabeza agachada y yéndose a su habitación sin decir nada más.
Encendió su ordenador, miró a la pantalla y a aquella lista de notas y normas que puso en la casa y que allí seguía, se puso sus cascos, abrió discord y llamó a Cammie.
Necesitaba hablar con alguien un rato, alguien que no fuera él.Su prima contestó la llamada rápido, y le recibió con su voz risueña y alegre de siempre.
—¡Holaaa~! ¿Qué hace mi primo favorito llamándome a estas horas de la noche?
El rubio frunció el cejo para sí mismo, chasqueando la lengua antes de hablar.
—Soy tu único primo. —Katsuki suspiró, negando con la cabeza ante el sin sentido de la chica. —Necesito hablar contigo... Hablar contigo en serio.
Le recibieron un par de segundos que le hicieron pensar que ella le había colgado la llamada, pero al poco ella volvió a hablar.
—Esto lo conversamos en persona, ¿Desayunamos mañana?
Ante esto Katsuki dudó.
Un desayuno...
Claro, no podía.—Es que siempre desayuno un café con Izuku-
—Da igual, se nota que esto es más importante. Mañana a las diez, ya te diré donde.
La chica colgó, haciendo a Bakugo bufar frustrado, tapándose la cara.
¿Qué estaba haciendo?
¿Qué le estaba pasando?Él no era así.
...
Llevaba tiempo sin ser así.
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Con Dos De Azúcar, Por favor | Bkdk
Fanfic☕ La lluvia le hacía gafe. ¿Se puede considerar una nube realmente un café? ¿Porqué le echarías azúcar al café?