Capítulo 9

322 23 5
                                    

Erin:

¿Cómo pude no darme cuenta?, todo estaba ahí, todo apuntaba a que era él, sus gestos, su forma de hablar, esa manera tan peculiar que tiene al mirarme, ¿Cómo pude estar tan ciega antes los hechos?. Mis labios tiemblan y los sollozos salen sin que yo los contenga, no puedo reprimirme, no ahora, debo soltar todo lo que llevo por dentro.

Había terminado varada en un parque un poco lejos de donde se encuentra el departamento que era mi hogar antes de aceptar la propuesta de Dmitry para ir a vivir con él a su enorme mansión. No sabía cómo solucionar todo lo que pasaba en estos momentos, por más que mi cabeza diera vueltas tratando de buscar una solución, no la hallaba, no paraba de pensar en todo lo que sucedió, el encuentro, y luego la revelación, su verdadera identidad.

Ahora entendía el porqué no se quitaba la máscara, por qué no me permitía ver qué había detrás del material oscuro que tapaba gran parte de su rostro, pero nunca reparé en sus ojos, ese gris que no le había visto nunca a nadie más.

¿Cómo podía ser tan tonta estando todo tan claro ante mis ojos?

—Niña, ¿se encuentra bien?—se escucha una voz a mis espaldas, lo que me hace sobresaltar en mi sitio

Volteo en su dirección, seco las lágrimas que aún mojan mi rostro y enfoco mis ojos en ella, es una mujer mayor, de unos sesenta años, su cabello ya cubierto por las canas, su piel arrugada y su mirada compasiva me hacen recordar mucho a una persona muy importante en mi vida.

—Sí, no tiene de que preocuparse—sorbo mi nariz sonoramente

—No deberías estar aquí tú sola, en las noches estos lugares son muy peligrosos

Dice la anciana mirando a todas partes percatándose de si hay algo acechando por los alrededores.

La verdad es que tiene razón, no puedo seguir sentada aquí autocompadeciéndome de mí misma cuando tengo muchas cosas que aclarar, ya no más lamentos.

Seco mis lágrimas, me levanto del banco en el que estaba dispuesta a despedirme, pero me llevo una sorpresa al percatarme de que la mujer ya no se encuentra ahí, ¿dónde se metió?, hacía apenas unos segundos estaba aquí. Miro en todas las direcciones tratando de encontrar algo que me indique de su presencia o al menos de que no fue producto de mi imaginación.

Solo se fue Erin, solo eso.

Suspiro pesadamente antes de caminar rumbo a mi departamento. No quisiera que nada de esto hubiera pasado, que nada hubiera sucedido, si tan solo hubiera hecho caso a mi instinto de aquella noche, sin tan solo hubiera rechazado aquel privado.

Los hechos son abrumadores, pero ya no hay nada que se pueda hacer para revertir el pasado, solo puedo afrontar mi presente y tomar una decisión, debo de hacerlo, tengo que aclarar lo sucedido, pero por sobre todas las cosas hablar con Dmitry, él debe de saberlo.

No puedo seguir sosteniendo esta mentira, no cuando su mejor amigo no es la persona que él piensa que es, no cuando tuvo el valor de hacer lo que hizo y ver esto como una simple diversión; como un juego donde él mueve a su antojo las fichas del tablero.

Debo afrontar mis decisiones, yo fui cómplice de esto, no lo paré cuando debía, lo permití suceder, y ahora por más traicionera y desleal que haya sido debo hacerme cargo de mis hechos.

Meto las llaves en la cerradura de la puerta del edificio donde solía vivir, empujo de esta hacia dentro, retomando mi paso al interior, no sin antes percatarme del pequeño y breve clip al cerrarse. Miro a mi alrededor, recuerdo que al llegar aquí solo tenía una pequeña cama, con el tiempo fui comprando todo lo necesario, hasta llegué a hacer algunas remodelaciones. Sonrío ante la sensación de familiaridad que me trae el lugar, barro con mis ojos toda la estancia, los buenos recuerdos que pasé aquí me invaden por completo haciéndome ensanchar aún más la sonrisa en mis labios, uno a uno cada recuerdo, cada momento vivido en este pequeño sitio al que llegué a llamar hogar, pasa frente a mis ojos como si fuera apenas ayer cuando todo ocurrió.

PERVERSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora