Capítulo 11: Susurros del Alma

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La mañana empezó como cualquier otra, pero una inquietud en el aire me mantenía alerta. No sabía si era el efecto residual de lo que había descubierto o simplemente la sensación de que algo estaba a punto de cambiar. Decidí distraerme explorando un pequeño mercado al aire libre que había cerca de mi barrio, un lugar al que solía ir para encontrar cosas curiosas y distraerme un poco. Los puestos estaban llenos de artesanías, frutas frescas, y libros antiguos.

Un puesto de antigüedades llamó mi atención. Entre los objetos expuestos, vi un viejo reloj de bolsillo que tenía grabados extraños en la tapa. El vendedor, un hombre de edad avanzada, me observó con una sonrisa enigmática.

—Ese reloj tiene una historia —dijo, inclinándose sobre el mostrador—. Perteneció a un hombre que siempre sabía la hora, incluso sin mirarlo. Decía que el tiempo le hablaba, aunque nunca supimos qué quería decir.

Me reí suavemente, dejando el reloj en su lugar.

—¿Y alguna vez mencionó que el tiempo le dijera algo interesante?

El hombre sonrió, una expresión que parecía ocultar más de lo que revelaba.

—Solo que todo ocurre cuando tiene que ocurrir, ni antes ni después.

Asentí, pensativa, y me alejé del puesto, sintiendo que las palabras del hombre resonaban más de lo que deberían. La mañana pasó rápido, y antes de darme cuenta, ya estaba en camino a la cafetería. No podía sacudirme la sensación de que el día de hoy sería diferente.

Al llegar a la cafetería, me encontré con Lily preparando el mostrador. Parecía un poco nerviosa, lo cual era inusual en ella.

—Buenos días, Nisha —dijo con una sonrisa, aunque se notaba que tenía algo en mente—. Lo del otro día... Quedamos en hablar y al final no tuvimos tiempo.

Me encogí de hombros, tratando de sonar despreocupada.

—¿Qué era lo que querías decirme?

Ella se mordió el labio, claramente incómoda.

—Bueno, primero, gracias por el apoyo que siempre me das en la cafetería. Sé que a veces las cosas pueden ser complicadas, pero hoy necesito hablar contigo sobre algo importante.

—¿Qué pasa? —pregunté, notando la seriedad en su tono.

Lily respiró hondo y comenzó a explicar mientras ambas trabajábamos, preparando cafés y atendiendo a los clientes que entraban.

—Mi familia... Sabes que me apoyaron mucho cuando abrí esta cafetería, y siempre he tenido una buena relación con ellos. Pero han estado presionándome para incorporar a alguien más al equipo. Quieren que una prima lejana, Zahara, comience a trabajar aquí como camarera.

Me detuve en seco, sintiendo un pequeño nudo formarse en mi estómago.

—¿Una prima? —pregunté, intentando mantener un tono neutral—. Lily, nosotras dos hemos manejado esto bien solas. No creo que necesitemos a nadie más.

—Lo sé, Nisha, y créeme que lo último que quiero es complicar las cosas. Pero ya lo hablé con mi familia, y ellos insisten en que Zahara necesita el trabajo. Si no acepto, podría poner en peligro el apoyo que necesito para mantener el negocio. Sabes que no puedo arriesgarme a perder eso.

Suspiré, sintiendo que mis palabras no iban a cambiar nada. Lily ya había tomado una decisión, y aunque no me gustara, no tenía muchas opciones.

—Está bien, lo entiendo —respondí finalmente, intentando mantener la calma. 

—Gracias, Nisha. Sabía que lo entenderías. Y, bueno... hay algo más. Zahara está de camino ahora mismo.

Abrí los ojos con sorpresa, y una mezcla de rabia y desconcierto se apoderó de mí.

Entre dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora