-Te traje rosas blancas...- dije con mucha nostalgia frente a la tumba de mi querido Bill.
Era su cumpleaños... más bien el nuestro; hace 4 meses que partió y sigo sin asimilarlo. Era curioso, cumplíamos el mismo día y sabía que de ahora en adelante mis cumpleaños serían tristes. Bill estaría cumpliendo 19 y yo 20... me dolía demasiado el hecho que se fue tan joven, con tantas metas sin cumplir... su sueño era ser un grandioso diseñador de modas, tenía talento y el potencial.
-Y me hice las trenzas que querías...- había cambiado mi look, me había agradado, seguro a Bill le habría encantado...- feliz cumpleaños cielo mío, perdón por lo idiota que fui... nunca me perdonaré el haber fallado y traicionado tu confianza- me senté en posición de indio frente a su tumba, se habían encargado de que luciera bonita, las letras que ponían "Bill Trümper 01/09/89-28/04/10" se miraban lindas, era algo que representaba a Bill- iba a venir más temprano pero... quería estar a solas contigo por eso vine hasta ahora- eran las 6:30 de la tarde y planeaba quedarme un buen rato aquí. -¿Sabes? Desde que nos salimos de la casa de mi padre todo a ido mejor, en teoría, porque yo aún te extraño y me haces falta... mi padre ni siquiera se ha comunicado con mamá, mínimo para saber de Logan...-
Parecía que todos empezaban a asimilar que Bill ya no estaba, en la universidad le hicieron un homenaje y sinceramente no asistí, no tuve la fuerza ni el valor. Sus padres estaban tristes pero tratando de salir adelante y los admiraba, porque yo cada vez me hundía más.
01/septiembre/2013.
-Una vez más flores blancas cielo mío...- dejé el ramo de rosas en su tumba, como cada año vine y se encontraba limpia y bien arregladita, flores nuevas e incluso cartitas de Kate- tú hermana está planeando su cumpleaños número 17 y está emocionada...- solté una risa melancólica- hoy cuando llegue a casa me esperaban con un pastel, tus padres y tu hermana estaban ahí, te recordamos con mucha nostalgia y después vinieron a verte... pero ya sabes, me gusta estar a solas contigo- acaricie su tumba- cómo sabrás empecé a ir al psicólogo hace unos meses, ayer en mi sesión lloré de nuevo al recordarte, ella dice que es un proceso largo pero que lo lograré...- suspire y sentí que quería llorar de nuevo- aun no puedo superarlo...- susurre dejando caer una lágrima.
En la universidad me había convertido en un completo antisocial, apenas y hablaba con Gustav y Georg, con decir que ni siquiera fui a la ceremonia de graduación, yo quería graduarme con Bill...
Mi padre se había comunicado con mamá solo para saber de Logan, y sinceramente era algo que me valía mierda en toda la extensión de la palabra.
-Oh ¿y que crees? Cassandra y yo somos buenos amigos, de vez en cuando va a casa a visitarme y siempre recordamos con risas cuando ella tenía 17 e intentaba coquetearte...- sentí una gotas en mi rostro y supe que empezaría a llover- al parecer hoy no podré quedarme mucho tiempo... está comenzando a llover- me puse de pie y con mi mano dejé un beso sobre su tumba- felices 22 mi amor...- di media vuelta y me apresuré, la lluvia comenzaba caer con más fuerza.
01/septiembre/2015
-Otro cumpleaños nuestro aquí...- me senté como todos los años frente a su tumba- ¿sabes? Desde que mi psicóloga me dio de alta veo las cosas de diferente manera... y yo me veo diferente- sonreí- se lo que me dirías si me vieras con estas pintas- ahora ya no quedaba ningún rastro de trenzas o rastas en mi cabello, solo lo sujetaba en un moño bajo y tenía barba- se que estos dos últimos años solo vine unas pocas veces pero... es parte de mi proceso, tengo que soltarte, pero es difícil... más cuando siempre recuerdo tu preciosa cara y tu sonrisa tan bonita- siempre que hablaba como si Bill estuviera en vida frente a mi, miraba fijamente su lápida- siempre me pregunto cómo te verías ahora con 24 años... apuesto que te verías tan guapo como yo- me reí solito y sentí un escalofrío en mi espalda que me hizo estremecer- estas aquí...- susurre y una brisa ligera hizo que cerrara mis ojos- puedo sentirte Bill... sé que estás aquí- me quede en silencio unos momentos y juro que quizá a otra persona le habría dado miedo lo que sentí, pero a mi no, sentí una paz inmensa, un tranquilidad que hace mucho no sentía... sentí que me abrazaban por atrás, como él solía hacerlo, eso fue lo que sentí...- sé que me has perdonado, lo siento en mi corazón y eso me deja tranquilo...- entonces un lindo colibrí se paro justo en su lápida y sonreí- es hora de dejarte ir Bill... vendré todos los años en nuestro cumpleaños pero tengo que seguir con mi vida, sé que así lo habrías querido... y claro, siempre te platicaré lo que suceda en ese año- suspire y el colibrí se fue volando- no es un adiós amor mío, es un hasta pronto...- me levanté y creí que me había vuelto loco, frote mis ojos pero ahí estaba, a lado de su lápida sonriéndome, se me aguaron los ojos y puse mi mano derecha en mi corazón- te llevaré aquí siempre...- entonces desapareció como el viento, en ese momento supe que Bill se había ido para siempre, ya no estaba presente en nada, solo en mi corazón.
Sonreí, me dio mucho nostalgia pero me sentía tranquilo.
Mucho tiempo lloré por él... lo extrañe al punto de venir y quedarme horas y horas frente a su tumba. En una ocasión quise matarme y fue cuando empecé con mis terapias, no quería seguir sin él, no quería estar sin él... pero un sueño que tuve con él fue lo que me dio fuerza. Cuando lo sentí conmigo, más que otras veces, ya que usualmente lo sentía a lado de mi, esa última vez obtuve la paz y tranquilidad que necesitaba; me costaron años para superarlo y seguir adelante.
Había jurado no enamorarme de nadie más después de que Bill falleció... quería mantener mi promesa y lo haría, no sé por cuánto pero lo haría.
Cuando conocí a ese chico de cabellos negros, ojos maquillados con sombra negra y ropas que llamaban mucho la atención, despertaron mis ansias por conocerlo mejor, hice las cosas mal y hasta ahora aún no puedo terminar de perdonarme eso. Pero se que él me ha perdonado y jamás me voy a arrepentir de todo lo bonito que viví con él, y de todo lo que me hizo sentir...
Bill siempre vivirá en mi de cualquier manera siempre lo hará...
Lo nuestro fue un amor prohibido por mi culpa, y también el que más me ha dolido.
En esta vida no se pudo pero sé que en otra los dos somos muy felices, con dos perritos, un perico y un pez...
Como él lo hubiera querido...
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