Capítulo 51: Tormentas y Descubrimientos

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Después de varias semanas de triunfos y desafíos, Lucía y Alexia disfrutaban de un merecido descanso. Habían trabajado arduamente para mantener al equipo en lo más alto de la clasificación, y ahora tenían unos días libres para recargar energías y pasar tiempo juntas.

Un sábado por la mañana, mientras preparaban el desayuno, el cielo comenzó a oscurecerse. Las primeras gotas de lluvia golpearon las ventanas, seguidas rápidamente por una fuerte tormenta.

—Parece que hoy tendremos un día lluvioso —dijo Alexia, observando el cielo desde la ventana de la cocina.

—Sí, pero no me importa. Me encanta la lluvia, y así podemos pasar el día aquí, relajadas —respondió Lucía, sirviendo café.

Se acurrucaron en el sofá con mantas y vieron películas mientras la tormenta rugía afuera. La atmósfera era acogedora y cálida, y disfrutaban de la tranquilidad de estar juntas sin preocuparse por entrenamientos o partidos.

Durante una pausa en la película, Alexia se quedó pensativa. Lucía notó la expresión seria en su rostro y le tomó la mano.

—¿Estás bien, Alexia? ¿Hay algo que te preocupe? —preguntó Lucía con preocupación.

Alexia no soporto más y la beso con tanto deseo, quería trasmitirle todo lo que sentía por ella—. No pasa nada Lucía, solo admiraba lo perfecta que eres y lo afortunada que soy de pensar que serás mi esposa

Lucía la escuchó atentamente, sintiendo una emoción —. Te amo alexia

La tormenta continuaba con fuerza, y las calles comenzaron a inundarse. Sus planes de salir a cenar esa noche se vieron truncados por el mal tiempo. Decidieron cocinar juntas en casa, creando una cena especial con los ingredientes que tenían a mano.

—Esto es mucho más divertido de lo que imaginaba —dijo Alexia mientras picaba verduras.

—Sí, y nuestra cena será deliciosa porque la estamos haciendo juntas —respondió Lucía, revolviendo una salsa.

Se rieron, hablaron y disfrutaron de la compañía mutua mientras preparaban la cena. El sonido de la lluvia y los truenos de fondo añadía un toque especial a la velada.

Después de la cena, mientras disfrutaban de un postre improvisado, Lucía  recibio una llamada de Isabella. Había una reunión urgente del equipo al día siguiente para discutir algunos cambios importantes en el club.

—Espero que no sea nada serio —dijo Alexia, preocupada.

—Lo sabremos mañana. Por ahora, vamos a descansar y prepararnos para cualquier cosa —respondió Lucía, tratando de mantener la calma.

A la mañana siguiente, la tormenta había pasado, dejando tras de sí un cielo despejado. Lucía y Alexia llegaron al club temprano, encontrándose con Javier e Isabella, la directora del club.

—Gracias por venir, todos. Tenemos algunas noticias importantes que compartir —dijo Isabella, con una expresión seria.

—¿De qué se trata? —preguntó Lucía, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación.

—El club ha decidido realizar algunos cambios estructurales. Hemos asegurado un nuevo patrocinador, lo que traerá más recursos y oportunidades, pero también implica ciertos ajustes en nuestra organización —explicó Isabella .

Javier tomó la palabra—. Esto incluye la reestructuración del cuerpo técnico y la incorporación de nuevas tecnologías para el entrenamiento. Sé que puede parecer abrumador, pero estoy seguro de que estos cambios serán para mejor.

Lucía y Alexia intercambiaron una mirada. Sabían que cualquier cambio podría ser un desafío, pero también una oportunidad para crecer y mejorar.

Con los cambios en marcha, el equipo comenzó a adaptarse a las nuevas tecnologías y métodos de entrenamiento. Alexia, con su experiencia y habilidades, se convirtió en un pilar fundamental en la transición, ayudando a integrar los nuevos recursos de manera efectiva.

Lucía, por su parte, se aseguró de que el equipo se mantuviera unido y motivado. Organizó sesiones de equipo y actividades para fortalecer el espíritu de camaradería y asegurarse de que todos se sintieran apoyados.

Para aliviar el estrés de los cambios, Lucía y Alexia planearon una salida a la ciudad. Visitaron museos, pasearon por parques y disfrutaron de un almuerzo en un restaurante acogedor.

—A veces, salir y desconectar un poco es todo lo que necesitamos —dijo Alexia mientras caminaban de la mano por una calle arbolada.

—Sí, esto es perfecto. Necesitamos estos momentos para recargar energías y seguir adelante —respondió Lucía, disfrutando del tiempo juntas.

Con los nuevos cambios y desafíos, Lucía y Alexia sabían que su camino no sería fácil. Pero estaban más unidas que nunca y listas para enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara. Su amor y dedicación eran inquebrantables, y cada día juntos fortalecía su relación.

—Estamos en esto juntas, Alexia. Y sé que podemos lograr grandes cosas —dijo Lucía, mirando a Alexia con determinación.

—Así es, Lucía. Nuestro amor y nuestra fuerza nos llevarán lejos —respondió Alexia, abrazándola con cariño.

Y así, con el sol brillando sobre ellas y una nueva fase comenzando en sus vidas, Lucía y Alexia se prepararon para enfrentar el futuro con valentía y esperanza, sabiendo que juntas eran invencibles y que su amor era la clave para superar cualquier desafío.

Segunda Oportunidad - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora