Capítulo 6: Enfrentando la realidad

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Los días que siguieron a la consulta con el especialista fueron una montaña rusa de emociones para Alexia. Aunque ahora tenía un plan claro para su recuperación, la realidad de la situación se asentó con fuerza. La intensidad del tratamiento y el tiempo necesario para sanar completamente eran abrumadores.

Lucía, como siempre, estaba atenta a los cambios en el comportamiento de Alexia. Durante el entrenamiento, notaba la tensión en sus movimientos y la preocupación en su mirada. Al final de una sesión particularmente agotadora, decidió abordar el tema.

-Alexia, ¿podemos hablar un momento? -preguntó Lucía, acercándose con una expresión de preocupación.

Alexia asintió y siguió a Lucía hasta un rincón tranquilo del campo de entrenamiento. La tarde estaba tranquila, con el sol comenzando a ponerse en el horizonte.

-He notado que algo te está molestando. Sé que ha sido un camino difícil para ti, pero quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte -dijo Lucía, mirándola fijamente.

Alexia respiró hondo, sintiendo la necesidad de compartir lo que había descubierto.

-Fui a ver a un especialista, Lucía. El dolor en mi pierna no desaparece y temía que fuera algo serio. El médico confirmó que la lesión es más grave de lo que pensábamos. Tengo daño en el tejido blando y en los ligamentos. Tendré que seguir un tratamiento intensivo y prolongado para recuperarme completamente -confesó Alexia, con la voz temblorosa.

Lucía asintió, asimilando la información. Sabía que esto sería un golpe duro para Alexia, pero también vio la determinación en sus ojos.

-Me alegra que hayas buscado una segunda opinión. Ahora tenemos un camino claro a seguir. Sé que será difícil, pero estoy aquí para ayudarte en cada paso del camino. No estás sola en esto, Alexia -dijo Lucía, con voz firme y reconfortante.

Alexia se sintió reconfortada por las palabras de Lucía. Sabía que no sería fácil, pero con el apoyo de su entrenadora y amiga, sentía que podía enfrentar cualquier desafío.

-Gracias, Lucía. Realmente aprecio tu apoyo. Sé que será un camino largo, pero estoy decidida a seguir adelante y volver más fuerte que nunca -dijo Alexia, con renovada determinación.

Los días siguientes estuvieron llenos de sesiones de fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento y cuidados meticulosos. Cada mañana, Alexia se levantaba temprano y se dirigía al centro de rehabilitación, donde trabajaba incansablemente bajo la supervisión de expertos. Aunque el proceso era doloroso y agotador, Alexia se mantuvo firme en su compromiso.

El centro de rehabilitación se convirtió en su segundo hogar. Los fisioterapeutas eran comprensivos y profesionales, y se tomaban el tiempo para explicar cada ejercicio y su importancia en el proceso de curación. Alexia aprendió a escuchar su cuerpo, entendiendo cuándo empujar y cuándo retroceder para evitar un mayor daño.

Una tarde, después de una intensa sesión de fisioterapia, Alexia se encontró con Mapi en un café cercano al centro de rehabilitación. Mapi siempre sabía cómo levantarle el ánimo, y esta vez no fue la excepción.

-¿Cómo va la recuperación? -preguntó Mapi, después de que ambas pidieran sus bebidas.

Alexia suspiró y sonrió ligeramente.

-Es duro, Mapi. El dolor es constante y hay días en los que me siento completamente agotada. Pero estoy decidida a seguir adelante. No puedo rendirme ahora -respondió, con determinación en su voz.

Mapi sonrió y le dio una palmada en el hombro.

-Eso es lo que quería escuchar. Sabes que todos estamos aquí para ti, Alexia. No tienes que enfrentarlo sola. Eres una luchadora y vas a salir de esta más fuerte que nunca -dijo Mapi, con entusiasmo.

Segunda Oportunidad - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora