Capítulo 48: La Propuesta Inesperada

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Desde hacía tiempo, Alexia había estado pensando en el futuro. Su relación con Lucía se había vuelto más fuerte con cada día que pasaba. Sabía que quería pasar el resto de su vida con ella, y decidió que era el momento perfecto para hacer la gran pregunta.

Alexia comenzó a planear una propuesta que fuera tan especial como su amor. Quería que fuera una sorpresa y un momento que Lucía recordara para siempre. Así que, en secreto, empezó a organizar cada detalle con la ayuda de Mapi y Jonathan.

Alexia decidió que la propuesta tendría lugar durante una cena al aire libre, bajo las estrellas, en el mismo campo donde habían organizado su primer campamento de fútbol juntas. Sabía que ese lugar tenía un significado especial para ambas, y quería que fuera parte de su historia.

—Mapi, necesito tu ayuda para mantener a Lucía ocupada mientras preparo todo —dijo Alexia un día, mientras planeaban los detalles.

—No te preocupes, Alexia. Me encargaré de que no sospeche nada. Esto va a ser increíble —respondió Mapi, emocionada.

Jonathan también se unió al plan, asegurándose de que todos los detalles estuvieran perfectos. La complicidad de sus amigos y colegas hizo que Alexia se sintiera apoyada y segura de que todo saldría como lo había imaginado.

La noche de la propuesta llegó. Alexia había preparado todo meticulosamente: luces colgantes, una mesa bellamente decorada y un camino de pétalos de rosa que conducía al lugar. Con la ayuda de Mapi y Jonathan, todo estaba listo para el momento perfecto.

El campo estaba transformado en un escenario mágico. Las luces colgantes iluminaban suavemente el lugar, creando un ambiente íntimo y romántico. La mesa estaba decorada con flores frescas y velas, y una suave música de fondo añadía un toque especial a la noche.

—¿Lucía? —dijo Alexia, entrando en la casa donde Lucía estaba descansando después de un largo día de visitar diferentes lugares de la ciudad—. Tengo una sorpresa para ti. ¿Te gustaría salir a dar un paseo conmigo?

Lucía la miró con curiosidad y una sonrisa—. Claro, suena bien. ¿A dónde vamos?

—Es una sorpresa. Solo confía en mí —respondió Alexia, guiándola fuera de la casa.

Alexia condujo a Lucía por el camino de pétalos de rosa, bajo la luz suave de las estrellas y las luces colgantes. Lucía, cada vez más intrigada, seguía caminando, sintiendo que algo especial estaba por suceder.

Finalmente, llegaron a la mesa decorada. Lucía se detuvo, con los ojos brillando de emoción y sorpresa.

—Esto es... increíble. ¿Hiciste todo esto por mí? —dijo Lucía, volteándose para mirar a Alexia.

Alexia tomó sus manos y la miró a los ojos—. Sí, Lucía. Todo esto es para ti, para nosotras. Desde el momento en que te conocí, supe que eras alguien especial. Hemos pasado por tanto juntas, y cada día me siento más agradecida de tenerte en mi vida.

Lucía sonrió, con lágrimas comenzando a llenar sus ojos—. Alexia, tú también eres todo para mí. No sé qué haría sin ti.

Alexia respiró hondo, sintiendo el corazón latir con fuerza en su pecho. Se arrodilló lentamente, sacando una pequeña caja de su bolsillo.

—Lucía, quiero pasar el resto de mi vida contigo. Eres mi mejor amiga, mi compañera y el amor de mi vida. ¿Harías el honor de casarte conmigo? —dijo Alexia, abriendo la caja para revelar un hermoso anillo.

Lucía, con lágrimas de alegría corriendo por sus mejillas, asintió rápidamente—. ¡Sí, Alexia! ¡Claro que sí!

Alexia se levantó y deslizó el anillo en el dedo de Lucía, abrazándola con fuerza y besándola. Las dos se quedaron allí, bajo las estrellas, sintiendo que en ese momento, el tiempo se detenía y solo existían ellas dos.

Después de la propuesta, se sentaron a la mesa, donde una cena deliciosa les esperaba. Rieron, hablaron y se prometieron un futuro lleno de amor y aventuras juntos. La noche fue perfecta, un reflejo de su amor y compromiso.

—Este es solo el comienzo, Lucía. Tenemos tanto por vivir y explorar juntas —dijo Alexia, levantando su copa para brindar.

—Sí, y no puedo esperar a vivir cada momento contigo —respondió Lucía, brindando con ella.

A medida que la noche daba paso al amanecer, Lucía y Alexia se abrazaron, sabiendo que habían dado un paso importante en su relación. Estaban listas para enfrentar cualquier cosa juntas, con su amor como la base sólida sobre la cual construirían su vida.

De regreso en el club, compartieron la noticia con sus amigos y colegas, quienes los recibieron con abrazos y felicitaciones. La vida seguía adelante, llena de desafíos y oportunidades, pero Lucía y Alexia sabían que juntos, podían superar cualquier obstáculo.

Jonathan fue uno de los primeros en felicitarlas—. Estoy muy feliz por ustedes dos. Sabía que algo especial estaba en el horizonte.

Mapi, con una sonrisa amplia, abrazó a ambas—. Sabía que esto iba a ser mágico. Estoy tan feliz de haber sido parte de esto.

Con el compromiso sellado, Lucía y Alexia continuaron trabajando en sus proyectos, planificando nuevos campamentos y dedicándose al equipo. Su amor, ahora más fuerte y firme, los impulsaba a seguir adelante y a soñar en grande.

La propuesta no solo marcó el comienzo de una nueva etapa en su relación, sino que también reforzó su compromiso mutuo y su deseo de hacer una diferencia en el mundo. Juntos, Lucía y Alexia estaban listos para enfrentar cualquier desafío y construir un futuro lleno de amor, esperanza y posibilidades infinitas.

Más tarde, esa misma noche, mientras descansaban en su hogar, Alexia y Lucía reflexionaron sobre el viaje que habían recorrido juntas.

—No puedo creer que realmente estemos comprometidas —dijo Lucía, acurrucándose al lado de Alexia—. Parece un sueño.

—Es un sueño hecho realidad. Hemos pasado por tanto juntas y sé que esto es solo el comienzo de una vida maravillosa —respondió Alexia, besando suavemente a Lucía en la frente.

A medida que el sol comenzaba a asomar en el horizonte, Alexia y Lucía se sentaron juntas, observando el amanecer. El nuevo día simbolizaba el comienzo de su vida juntas como prometidas, llenas de amor, esperanza y la promesa de un futuro brillante.

—Te amo, Lucía. Siempre lo haré —dijo Alexia, tomando la mano de Lucía.

—Y yo te amo a ti, Alexia. Por siempre —respondió Lucía, mirando a Alexia con una sonrisa radiante.

Con el corazón lleno de amor y gratitud, Alexia y Lucía sabían que el futuro les deparaba grandes cosas. Juntas, estaban listas para enfrentar cualquier desafío y construir una vida llena de felicidad y aventuras compartidas.

Segunda Oportunidad - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora