Capitulo 8

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Levi abrió su ojo lentamente mientras suspiraba, el sol de la fría mañana estaba apareciendo y la nieve se acumulaba en el patio esperando ser quitada.

Habían pasado cuatro meses desde que finalizó la construcción de la casa y afortunadamente no ha habido goteras a pesar de la lluvia ni ningún tipo de inconveniente en la casa.

Trato de acurrucarse en las sábanas esperando que esa acción apartara el frío que había en la casa, acercándose a Hange quien seguía profundamente dormida, el rostro relajado y el cabello castaño desordenado, últimamente Hange ha estado durmiendo más que de costumbre y supuso que el trabajo reciente con Kyomi la ha mantenido agotada.

Acerca su mano a al rostro de Hange y aparta algunos mechones rebeldes que están en su rostro.

Suspiró admitiendo que no podrá volver a dormir y se levanta de la cama despacio para no despertar a Hange que aún le quedan horas antes de tener que ir a trabajar con Kyomi.

Apoyó los pies en el suelo y se levantó con un quejido de dolor que silenció rápidamente, su rodilla ha estado doliendo más de lo usual últimamente y teme que deba tener que volver a usar la silla de ruedas y simplemente lo atribuyó al frío.

Baja por las escaleras y va lo más rápido que su coja pierna le permite al salón para tratar de encender la chimenea a la cual solo quedan braza de lo que alguna vez fue la madera.

Va al baño a hacer su aseo personal y pasa directamente a la cocina para comenzar con su rutina diaria desde que están juntos, por lo que toma la cesta con el maíz de las gallinas y va rápidamente hacia el corral a pesar del frío, lanza el maíz a las gallinas que cada vez van en aumento quienes comienzan a picar el suelo, aprovechando se acerca a los nidos donde toma algunos huevos y se retira para caminar rápidamente a la cocina.

En una extraña tradición acostumbro a preparar pan en las mañanas y comerlo junto con algunos huevos sin olvidar su té y la asquerosidad bebida llamada café que había comenzado a gustar a Hange.

Por lo que rápidamente comenzó a hacer el pan agregando los ingredientes mientras comenzaba a formar la masa con sus manos, normalmente Hange despertaba al momento en que el pan estaba listo y el reloj de la habitación sonara.

Pero extrañamente vio a Hange pasar por la puerta mientras ponía el pan en el horno, abrió su ojo desmesuradamente y tragó saliva.

¿Había hecho mucho ruido?

¿Sus pasos arrastrados resonaban por la casa despertándola?

Hange seguía con su cabello desordenado y bostezó mientras se acariciaba el estómago, se acercó a Levi una vez sus manos estuvieron despejadas y lo abrazó mientras le daba un relajado beso.

Levi puso sus manos en la cintura de Hange y la miró con el ceño fruncido.

—¿Te desperté?—Pregunto Levi mientras acariciaba su cintura.

—Nada de eso, Quita esa idea de tu cabeza—Respondió Hange mientras sonreía ligeramente—Desperté antes porque tenía hambre—Dijo riendo.

—Oh, aún le falta al pan.

—¿Hay leche?—Pregunto Hange mientras se alejaba y buscaba en la alacena.

—Detrás de la harina—Dijo Levi mientras comenzaba a limpiar lo que ensució para luego hacer el té.

Levi vio a Hange entrar con la botella de leche que ayer compró a un vecino y mientras tomaba un vaso se sentó en la mesa observando a Levi.

—¿Te sientes bien hoy de tu rodilla?—Le preguntó repentinamente Hange lo que hizo a Levi sobresaltar.

Una última oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora