El aire fresco choca ligeramente sus mejillas y sus pulmones se llenan de un aire limpio que nunca en los años que ha vivido ha sentido, la arena que ha tocado solo una vez antes lo hunde en sus suaves brazos, tan cálida que hasta se siente relajado luego de días sin poder dormir, solo su mente confundida que trata de no pensar en nada por miedo a derribarse más de lo que ya está y el hermoso cielo oscuro con luces y estrellas brillantes que lo tiene hipnotizado.
Su corazón se relaja y trata de recordar el nombre de aquellas luces de colores que una vez Hange le dijo como se llamaban.
Un repentino dolor de cabeza lo azota y frunce el ceño sacándolo de su hipnosis.
—Mierda...
Hange.
No quería pensar en ella.
No ahora que finalmente estaba relajado en la arena solamente existiendo.
No quería pensar en lo solo que está y que no le queda nada por lo que luchar y vivir.
Nadie con quien compartir la paz que finalmente habían conseguido a base de muertes y que él era el único que quedaba vivo.
Deseó estar muerto, la muerte era más sencilla que tener que lidiar con vacío y el olvido, la desolación y la tranquilidad que lo hacía pensar y no salir de lo que habría sucedido.
Quería una vida normal, pero la nostalgia lo sacaba de ahí y lo envolvía con sus cálidos brazos de los que no lograba escapar.
Pero estaba solo, solo y no podía moverse con normalidad.
Dependiendo de Onyakopon.
Movió su mano hacia su pecho y lo apretó, su mano que contaba con menos dedos, que en el frío el dolor le hacía recordar la pérdida.
Pero la muerte lo persiguió y no lo atrapó a él, se llevó consigo a cada persona que amo, dejándolo desolado.
Apreciaba a los chicos de su escuadro, pero su propósito con ellos término.
¿Pero cuál era su propósito?
¿Vivir en una eterna nostalgia?
¿Acaso estaba destinado a algo más que no sea luchar y asesinar?
¿Desear haber muerto en esa última batalla para finalmente encontrar la paz?
—Lo siento—Dijo una voz sin cuerpo que reconoció.
El corazón se le aceleró y su ojo se abrieron desmesuradamente.
Se sentó rápidamente y solo vio kilómetros de arena sin fin por todos lados y ni un rastro de la persona que le hablaba.
¿Ni en sus sueños lograba escapar de sus problemas?
Habían pasado una semana desde que escuchó la voz de Eren por última vez en este lugar y ahora nuevamente se encontraba acá en su sueño sin saber por qué.
—Lo siento mucho—Volvió a decir la voz arrepentida de Eren.
Tal vez él era de las personas que nunca lograría la paz.
Había soñado con la muerte de cada persona que aprecio en su vida.
Soñó con Erwin, con su madre y Kenny, su antiguo escuadrón, sus amigos del subsuelo, con Sasha y... Más de una vez con la trágica muerte de Hange.
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Una última oportunidad
FanficPor un milagro o una segunda oportunidad Levi se entera que Hange está viva y tratan de vivir con cotidianidad y normalidad como personas normales