Hange a menudo se sentía con sueño, y desde que se enteró sobre la pequeña razón de su sueño no pudo hacer más que suspirar cada vez que sucedía.
También despertaba con hambre y luego de comer le daban unas ligeras náuseas que podía soportar.
A veces tenía sentimientos encontrados cuando pensaba en el bebé que crecía en su interior.
Nunca pensó que iba a sobrevivirlo suficiente para experimentar una gestación, por lo que nunca creó una expectativa sobre ello.
Recordaba como su madre le decía que era extraño y agotador.
Era agotador, pero no lo sentía extraño. Desde que comenzaron sus sospechas le comenzó a agradar la idea de ello, tener algo completamente de ambos, un compañero para enseñar y amar mucho más profundamente de lo que podría explicar.
Lo imaginaba antes de dormir mientras se acariciaba el aún inexistente vientre y la calmada respiración de Levi que había comenzado a dormir más a menudo. Imaginaba a un pequeño bebé de cabello negro y tranquilo junto a ella satisfecho por la comodidad.
Y con el paso de los días la idea la comenzó a emocionar, no era algo planeado, incluso pensaba que no podría concebir debido al estrés que había pasado toda su vida y a la pésima rutina alimentaria que vivió de cadete.
Pero ahora estaba preocupada, había visto a Levi ignorar el presente dolor de su coja pierna herida y sintió ansiedad.
Habían llegado al acuerdo que solo con las ganancias de su trabajo podían vivir cómodamente y Levi argumentó que prefería quedarse en casa, por lo que no pensaba que tal vez a Levi le molestara cuidar de un bebé. Kyomi podría darle más trabajo de casa como documentos y planificaciones e ir a ver de vez en cuando a los o ingenieros en los avances, pero una vez vio las molestias punzantes de la pierna de Levi se sintió culpable.
Levi era un hombre amable y cuidadoso con los niños, lo había visto en la agilidad que tenía cuando hablaba con los niños que lo alababan por ser le más fuerte o cuando empatizaba con los chicos de su tropa tratando de ayudarlos en lo que más podía. Hablaba de lo cariñosa y protectora de su madre y sabía que él sería igual a pesar de su desconfianza en esos temas que le decía que tenía.
Por lo que puso su esperanza egoístamente en que tal vez Mikasa podría ayudarla y se sentía mal por ello, sabía que Levi tenía razón en que tal vez ella quisiera estar sola hasta que el dolor que nunca termina sea más llevadero, pero por su situación no sabía que más hacer, Hange debía de seguir estando muerta para los demás y no podía correr ningún riesgo ahora.
Por lo que luego de una larga charla con Levi pensando en el que hacer con su inesperada situación y el cómo sobrellevar aquel niño que crecía en ella llegaron a la conclusión de que debían hablar con Mikasa, Onyakopon estaba descartado, ya que estaba en su país trabajando para su reconstrucción luego del retumbar y los demás chicos de la ciento cuatro trabajaban por La Paz y Gaby y Falco eran demasiado pequeños para sí quiera sugerirlo.
Pero cuando vio la mirada esperanzada de Levi en la luz de la luna en la habitación y su tímido toque, suspiró. Encontraría otra forma si Mikasa no respondía.
Pero Levi se operaría. No había discusión sobre aquello.
Por lo que cuando despertó a la mañana siguiente comió con el estómago revuelto mientras escribía una carta a mano para Mikasa hablando sobre lo sucedido el día del retumbar y en la situación en la que se encontraba para finalmente firmarla solo con su nombre en un código extraño que le enseñó Armin una vez que esperaba que Mikasa recordara.
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Una última oportunidad
FanficPor un milagro o una segunda oportunidad Levi se entera que Hange está viva y tratan de vivir con cotidianidad y normalidad como personas normales