Capitulo 6

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—Bueno...—Dijo Hange mientras se acomodaba ligeramente—Tú sabes que vivía en Sina en un pueblo cerca de la muralla. Mi madre se quedaba en casa, es una mujer enfermiza y delgada, mi hermano un estúpido y mi padre un doctor demasiado sumiso a todos.

—¿Tú no has hablado con ellos?—Pregunto Levi.

—Desde que escape de casa para unirme a la legión no, a veces me encontraba con mi hermano en las reuniones a las que iba con Erwin, pero él simplemente fingía que no nos conocíamos a pesar del parecido, y de las pocas veces que vi a mi padre me miraba con la intención de querer acercarse, pero siempre fue cobarde.

—¿Todo eso solo porque te uniste a la legión?

—Eso fue solo una parte, rechacé incontables veces al amigo de mi hermano, a mi padre le ofrecieron "juntar sus riquezas" con otro aristócrata que para mi mala suerte era el amigo de mi hermano, mi hermano y su amigo era unos cuatro años mayores que yo, por lo que cuando mi padre escuchó la insistencia del hombre cedió como siempre. Yo tenía unos cuantos meses.—Explicó Hange mientras se pasaba la mano izquierda por la frente—Cedió como si estuviera vendiendo una oveja, ese niño pasó todos los años hasta que me fui insistiendo en el tema, me corté el cabello cuando me dijo que le gustaba el color y me gané unas buenas palmadas por parte de mi madre, sí que cuando cumplí doce años me fui casi sin decirle a nadie, la cocinera que trabajaba en la casa me ayudó a salir de noche y temprano en la mañana me subí al primer carretón que fuera hacia alguna sede, no trataron de ir a buscarme, fingieron que estaba en donde una supuesta "tía en Ròse" y cuando con el tiempo sus conocidos les preguntaban por mí fingían que simplemente no existía.

—Mierda...—Soltó Levi.

—No fue tan malo comparado con otros niños o contigo mismo... Es una práctica normal en Sina.—Dijo Hange y Levi trago arduamente salvia—Tuve un techo, comidas, mi padre me educó y él no fue tan malo conmigo, era un hombre inteligente pero retraído y sumergido en su mente más de lo normal, y... siempre traía algún obsequio para mí cuando iba a alguna casa de un rico a atenderlos, era hablador conmigo y me escuchaba atento, decía que me apreciaba más a mí que a mi hermano. Pero de igual manera nunca tuvo la suficiente motivación para volverme a hablar, solo asumió que me fui.

—¿No te preguntas sí...?

—¿Si es que sigues vivo?—Lo interrumpió Hange y Levi asintió—Es difícil de saber, lo más probable es que sí, Sina es protegido y no estaban tan cerca como para que la muralla los haya aplastado, pero mi hermano no lo sé... Su esposa e hijas vivían según supe cerca de mis padres, pero él comenzó a acercarse a la política Jeageristas y cosas así... Puede que haya bebido el vino.

—¿Cómo era tu hermano?—Pregunto Levi.

—De la altura de Erwin según recuerdo, nos parecíamos bastante, pero él tenía los ojos verdes y la extraña personalidad de mi madre, muy erráticos para su propio bien...

—Tal vez lo haya visto.—Comentó Levi tratando de recordar donde vio un hombre con esa descripción.—¿Sabes si se dedica a algo en especial?

—Recuerdo que Moblit me comentó que la mayor posición de imprentas de Sina.

—Recuerdo haberlo visto, hablaba con Erwin, paso totalmente de mí, me dio nada más que un saludo a regañadientes, a menudo me sucedía eso por ser del subterráneo.

—Sí... Recuerdo las indirectas que decían en las reuniones para colectar fondos, me mordí la lengua incontables veces cuando escuchaba a esos idiotas hablar sobre ti, como si fueras menos solo por nacer en el subterráneo—Comentó Hange mientras cerraba su mano izquierda en un puño.—Odiaba que te despreciaran.

Una última oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora