Levi ve la cara llorosa y sonrojada de sus dos hijas y el pequeño gato negro a centímetros de su propia cara con un terrible olor.
Los cabellos negros que habían sido perfectamente trenzados estaban sueltos y desordenados a pesar de ser lisos y extrañamente tenía hojas y barro en todos lados.
Las había bañado a ambas por la mañana.
Sus limpios vestidos estaban completamente sucios de barro.
Levi mentiría si dijera que no se había sentido preparado cuando Hange le dijo que estaba nuevamente embarazada, una vez Farlan cumplió un año y medio, se había sentido emocionado. Pero cuando el estómago de Hange creció mucho más rápido que la vez anterior y más grande supo que algo distinto estaba pasando en este.
Habían acordado tener un segundo hijo, pero cuando finalmente nacieron sus dos hijas sentía que el tiempo se le escapaba como agua en las manos y las tenía a ambas de cuatro años llorando lo más fuerte que sus pulmones podían frente a él.
Juraba que los vecinos que tenía a kilómetros las escuchaban llorar tan fuerte como el día que nacieron.
Farlan y Hange estaban juntos en el sótano, a pesar de que a Levi no le gustaba completamente la idea de que Farlan acompañara a Hange cada vez que trabajaba en quien sabe que experimentó en el sótano, sabía que Hange no lo expondría a algo peligroso a Farlan.
O eso esperaba.
Volvió sus pensamientos a sus hijas y suspiró.
Sabía que sus hijos estaban de hace bastante tiempo pidiendo a Hange una mascota, pero no espero que sería así como llegaría una.
—No pueden quedarse con él—Dijo seriamente Levi lo que hizo que el llanto de su hija Isabel quien sostenía el pequeño gatito aumentarán en volumen.
—¡Por favor!—Dijo la pequeña Kuchel que se encontraba al lado de su hermana—Nosotras lo cuidaremos.
—Ustedes no pueden cuidar de un gato, aún no saben ni atarse sus zapatos, no pueden cuidar de ese pequeño animal.
—¡Si podemos!, por favor papá, estaba solo y llorando.—Dijo Kuchel que comenzaba a llorar al ver la negativa de Levi—Tiene frío.
Levi vio al pequeño gato tiritar, pero dudaba que fuera por el frío y lo atribuyó a los llantos de sus hijas que estaban a punto de dejarlo sordo a él y al gato.
—No, ese gato necesita a su mamá.—Volvió a contradecir Levi.
—No tiene mamá, como el cuento que nos contaste.—Respondió hipando finalmente Isabel—¡Debemos ser su familia!.
Levi escuchó unos pasos y suspiró.
Giró su cabeza ligeramente hacia atrás y vio entrar a la cocina a Hange y a Farlan, ambos con la cara manchada de algo negro que parecía aceite y la ropa salpicada de lo mismo igualmente.
Vio a Hange acercarse preocupada hasta que vio lo que sostenía Isabel en las manos.
—¿Qué sucede?—Pregunto Hange hacía sus dos pequeñas hijas.
—¡Papa no, nos deja quedarnos con el gatito!—Dijo rápidamente Isabel que aún lloraba—Lo encontramos solo.
—Estaba comiendo hongos mamá, debe tener hambre.—Agregó Kuchel a la cual su llanto comenzaba a disminuir.
—Son aún pequeñas para hacerse cargo de un gato.—Volvió a contradecir Levi.
Levi vio a sus hijas girarse hacia él y vio como Isabel se ponía cada vez más roja por el llanto. Su pálida piel parecía lo más cercano a una fresa y la vio ponerse de rodillas en el sucio suelo de la cocina gracias al barro que ambas gemelas habian traído consigo, Isabel puso su mano en sus ojos mientras lloraba.
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Una última oportunidad
FanfictionPor un milagro o una segunda oportunidad Levi se entera que Hange está viva y tratan de vivir con cotidianidad y normalidad como personas normales