¿qué somos?

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Ruslana aprovechó para llevarse a Chiara a hablar a un sitio un poco más escondido en cuanto Violeta se fue a hacer sus pruebas de sonido. Era mediodía y hacía bastante calor en Murcia así que dieron gracias por encontrar un lugar a la sombra donde poder sentarse a charlar. Había mucho que contar, no se veían desde que se habían separado el domingo por la mañana en Málaga y habían pasado unas cuantas cosas. Chiara le contó con todo detalle como le había ido conociendo el pueblo de Violeta y a su familia y cómo le había enseñado Granada aunque fuera en un día.

- Pues que bonito que tu novia te haya enseñado todo eso. - Dijo la ucraniana después de escuchar atentamente todo lo que había visto Chiara en Granada.

- ¡No es mi novia, Rus!

- ¿¡Cómo no va a ser tu novia, tía!?

- Pues no, no lo es.

- O sea, me estás diciendo que su familia va a visitarla a Madrid y te pasas los dos días que están allí con ellos; os vais juntas a Menorca, pasáis dos noches en un hotel y luego os vais a tu casa con tu familia; volvéis a Madrid y tampoco os separáis; estáis una semana separadas y casi os morís del drama que montasteis, bueno, sobre todo, la pelirroja; os veis en Málaga, pasáis el día después del concierto allí; luego os vais dos días a su pueblo con su familia y volvéis otra vez a Madrid para no separaros pero no sois novias todavía. Bueno, por no hablar de otros antecedentes pero es que este último mes ha sido ya exagerado.

- Sí, exactamente eso, no podrías haberlo resumido mejor.

- Kiki, amor...

- ¿Qué pasa?

- Que esos hechos dicen más de vuestra relación que cualquier cosa. Yo no hago eso con una simple amiga. A la vista está que a la que te has llevado a Menorca primero es a ella y no a mí y pienso que si yo fuera a Menorca alguna vez contigo, nuestro viaje sería muy distinto.

- Lo sé, sé que es raro hacer todo eso sin tener una etiqueta todavía pero es que no hemos hablado del tema. Mira que hemos pasado ratos a solas, hemos podido hablarlo ya mil veces pero creo que ninguna de las dos se anima a decir nada.

- ¿Y no crees que sería bueno hablarlo? Ahora mismo no hay nada, simplemente sois algo pero no se sabe el qué. Es una conversación un poco incómoda pero tiene que terminar llegando el algún momento. No sé, igual es cosa mía.

- No si tienes razón. Es que todo está tan bien que me da miedo echarlo por la borda por culpa de una pregunta tonta porque tampoco estoy en la mente de Vio, no sé qué piensa ella de esto.

- Mira, Chiara, yo llevo conviviendo con lo vuestro desde que empezó el programa y te puedo decir que he visto a Violeta enamorarse de ti día tras día. Vamos, que la tía ha caído pero de lleno. Créeme que si tú le pregunta qué sois, no vas a liarla.

- ¿Tú lo crees?

- Yo lo creo firmemente. Mira que no conozco tanto a Violeta como tú pero cada vez me hago más cercana a ella y cada vez veo más el amor tan grande que te tiene. Si es que te mira y se derrite, por Dios, no sé si sois peores vosotras o los agapornis.

Chiara rio y se puso roja. A lo mejor Ruslana tenía razón. Tenía que confiar un poco más en que Violeta realmente seguro que quería tener esa conversación pero no se atrevía a hablar. Era un poquito incómodo pero en algún momento iban a tener que hablar de su relación y cuanto antes lo hicieran y dejaran las cosas claras, pues seguramente sería mejor.

Rus y ella siguieron hablando un poco más pero pronto escucharon la voz de Violeta que las buscaba por todos lados. Ambas se levantaron y salieron a ver qué pasaba pero simplemente encontraron a la pelirroja buscándolas con desesperación.

One shots - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora