my best friend's sis (au)

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Chiara y Ruslana estaban en la habitación de la pelirroja. Normalmente, los viernes, al salir de clase, se turnaban para comer juntas en casa de una o de la otra y ese día había tocado en casa de Ruslana. A Chiara le gustaba mucho ir allí, más que nada porque en la casa de su mejor amiga se respiraba mucha más paz que en la suya. Tenía dos hermanos pequeños y, sobre todo, el más pequeño siempre estaba por ahí jugando y haciendo ruido así que la casa de su amiga en comparación con la suya solía ser un remanso de paz.

Además, Ruslana tenía una hermana mayor, Violeta, que casi siempre estaba por allí si no tenía nada que hacer. Esta había sido el crush de Chiara desde que tenía uso de razón, era la chica por la que se había dado cuenta de que le gustaban las mujeres y, aunque era su amor inalcanzable, le encantaba compartir espacio con ella. A veces, se les unía en sus conversaciones y, de hecho, tenía mucho en común con ella, más incluso de lo que tenían las dos hermanas entre sí.

Pese a todo, lo cierto es que Violeta ya había tenido varias parejas. A Chiara se le rompía un poquito el corazón cada vez que se enteraba de algo así. Ruslana sabía del crush de su mejor amiga con su hermana y siempre que Violeta les presentaba a la familia una nueva pareja intentaba callárselo pero Chiara casi siempre acababa enterándose porque iba mucho a su casa y veía a su hermana con su pareja allí. Esa vez, Violeta estaba saliendo con una chica con la que ya llevaba casi un año. Era maja, habían coincidido más una vez en casa de las dos pelirrojas. Lo que no se esperaba Chiara es que había habido un giro de los acontecimientos.

- Pues, ¿sabes que Violeta y Sara ya no están juntas? - Soltó Ruslana de la nada.

- Ah, ¿no? Pero si la última vez estaban aquí tan contentas. - Dijo Kiki intentando que no se le notara el espectáculo de fuegos artificiales que había empezado en su interior en ese momento.

- Anda, no finjas que estás preocupadísima que te conozco. - Rio Ruslana sabiendo la reacción interna que había tenido su amiga.

- ¡Oye! Ante todo el chisme, ¿sabes que les ha pasado?

- Tampoco dijo mucho, solo que tenían diferencias y ya, que está bien. Si le ha puesto los cuernos o le ha hecho alguna putada, sé que no lo va a contar. Mis padres declararían a Sara persona non grata y estarían preguntándole día sí y día también que cómo está así que supongo que sean o no diferencias, no va a decir nada más porque sabe cómo son mis padres. Vio es más de llevar las cosas ella sola.

- Ya. Bueno, las cosas pasan y ya está.

- Es tu momento de tirartela. Ya tenemos dieciocho.

- ¡Ruslana!

- De verdad, Chiara, dime que no estás deseando. Dime que si te dice que-

Unos golpes en la puerta interrumpieron la conversación de las dos amigas que se estaba tornando un poco vergonzosa para la morena.

- ¿Quien es? - Dijo Ruslana elevando la voz.

- Vio, ¿me dejáis entrar?

A Chiara, la cara se le puso de ochenta colores distintos. ¿Habría escuchado la conversación que habían tenido? Ruslana notó el nerviosismo de su amiga y le susurró un tranquila, ya sabes que es muy despistada y no se entera de nada. Violeta volvió a hablar al otro lado de la puerta viendo que no obtenía respuesta.

- ¡Oye! ¿Puedo o no?

- Sí, sí, entra anda. - Dijo finalmente la hermana pequeña.

La pelirroja mayor abrió la puerta y entró en la habitación. Miró a Chiara con una sonrisa que casi la derrite y se sentó junto a ellas en la cama. Era algo habitual ya pero la morena nunca se acostumbraba a ello. Las mariposas en el estómago eran siempre inevitables.

One shots - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora