~Serendipia (Jimin Fanfic)~

Capítulo 6

~1 mes después~

Casey suspiró profundamente, dejando que el viento ligero pasara por su piel, haciéndole sentir paz. Esa paz era lo único que anhelaba, sabía que no le estaba yendo bien en la escuela con todo el bullying más las clases que le eran pesadas. Lo único que quería era sentir paz hasta su día de graduación.

Ahora bien, el dúo se encontraba en su sitio usual, esta vez, jugando cartas UNO.

—¿Tienes una carta azul? —preguntó Casey, pasando cartas.

—No. Tengo que tomar una.

—¡Pues eso significa que gané, UNO! —Casey exclamó mientras lanzaba la carta al suelo.

—No seas tramposa, tienes una carta detrás de tu mano —Jimin señaló a Casey.

—Claro que no, mira —respondió Casey solo enseñando una mano a la vez.

—¿Sabes qué? Ya no quiero jugar. Eres una tramposa —el castaño se levantó enojado.

—No, no lo soy. Eres tú quien no sabe jugar. Ahora aprovecho a darme un estirón.

—Ni deberías estar haciendo eso, eres una tramposa y los tramposos no pueden estirarse —Jimin burló sacando su lengua.

Casey puso los ojos en blanco, ignorando al castaño y recogiendo las cartas para guardarlas en su bulto.

—Oye, ¿escuchaste de la nueva galería de arte que van a abrir este viernes? —Casey preguntó.

—Eh sí, esa se llama "La nueva revolución" ¿verdad?

—Esa misma —Señaló Casey. —Pues el viernes iré y como no tengo quien me acompañe, quería saber sí...

—¿Estás loca? ¿Después que hiciste trampa quieres que vaya contigo?

—¿En serio vas a tomar represalia por haber hecho trampa? —Casey rio entre dientes.

—O sea que admites que hiciste trampa —Jimin señaló a Casey.

Para callar al castaño, Casey le dio un pequeño golpe en la frente y este se quejó de dolor.

—¿Por qué me golpeas?

—¡Olvida que hice trampa y escúchame! El viernes iremos con Jungkook, ¿de acuerdo? A las 7 pm.

—Está bien.

•••

—Casey... Casey... Casey...

—¡Ah, mamá, me asustaste! —exclamó la pelinegra, apretando su pecho.

—Vas a llegar tarde Casey, son las 7 y 55 de la mañana —anunció su madre, señalando el reloj de su escritorio.

—¡¿Qué?!

Llegó a marearse un poco porque se había levantado a toda prisa, y casi se daba en la frente con el borde de su escritorio también. En cuestión de minutos hizo lo posible para alistarse y salir rumbo a la universidad, aunque esto le costara saltar el desayuno. Tenía tanta prisa que no se dio cuenta de que llevaba zapatos distintos hasta que su madre la hizo devolverse para colocarse zapatos adecuados.

Al tener todo listo, corrió lo más que sus piernas delgadas le dejaban y eventualmente llegó al salón. Deslizar aquella puerta fue lo peor, ya que tenía las miradas de sus compañeros encima, incluida la del profesor de arte.

¡Qué vergüenza!

—Casey, ¿Por qué llegas tan tarde? —cuestionó el profesor John.

—Disculpe, me quedé dormida y no vi la hora —contestó la pelinegra haciendo una reverencia.