Capítulo 14

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Casey y Jimin, habiendo decidido faltar a la escuela por el día, se encontraron tomando la rara libertad de una mañana no programada. Comenzaron con un desayuno tranquilo, haciendo panqueques desde cero y cubriéndolos con bayas frescas y crema batida. La cocina estaba llena de risas mientras discutían juguetonamente sobre quién hacía la mejor voltereta de panqueques.

Pero casi se llevan el susto del año cuando la señora Smith se quedó en una pieza al ver a un chico en su casa sin antes avisarle.

—¿Qué es lo que está pasando aquí? —pregunto la señora Smith, mirando a Jimin con sorpresa.

—Madre, qué grata sorpresa. Puedo explicar —dijo Casey mientras reía de manera nerviosa.

—¿Pues?

—Jimin se peleó con Jungkook por algo y pues no tiene donde quedarse, así que le dije que podía estar un día más hasta que Jungkook se calme —Casey dijo, frotándose la parte de atrás de su cuello.

—¿Es cierto eso Jimin?

—Sí, señora Smith, Jungkook, me pego muy fuerte y todavía tengo rasguños —respondió Jimin mientras jugaba con sus dedos.

—Bueno, supongo que te puedes quedar por un día más, pero van a la escuela mañana, ¿entendido?

—Sí, señora —los dos dijeron en unísono.

Después del desayuno, se instalaron en la sala, con la luz del sol corriendo por las ventanas. Decidieron ver una serie de televisión favorita, envueltas en mantas suaves y rodeadas de una montaña de aperitivos. De vez en cuando, se detenían para discutir los giros de la trama y los personajes, disfrutando del tiempo ininterrumpido juntos.

Al mediodía, sintiendo la necesidad de un poco de aire fresco, se aventuraron afuera en el parque cercano. El clima era perfecto, soleado, con una suave brisa. Pasaron un par de horas jugando y balanceándose en los columpios e incluso probando los nuevos juegos que el parque había puesto.

La tarde estaba llena de sonidos, de su charla emocionada y risas francas. De vuelta en casa, decidieron probar a hornear. Eligieron una receta compleja para los macarons, convirtiendo la cocina en un delicioso lío de harina de almendras y azúcar. A pesar de algunos percances, sus creaciones resultaron sorprendentemente bien, y celebraron con un pequeño festín de macarons, saboreando el dulce éxito.

A medida que se acercaba la noche, establecieron un lugar acogedor en el porche trasero, con luces de hadas y un altavoz portátil. Con la puesta de sol, se turnaban para tocar sus canciones favoritas, compartir historias y soñar con el futuro. El cielo pasó de tonos de naranja y rosa a una manta de estrellas, y sintieron una sensación de paz y satisfacción.

Jimin se hizo voluntario para botar la basura, pero quien diría que este sería un grave error. El temible Taehyung y su amigo Kim estaban deambulando sin rumbo por el vecindario, buscando algo de emoción para pasar el tiempo. Cuando se acercaron a la calle de Casey, vieron a Jimin afuera, sacando la basura. Instintivamente, se agacharon detrás de un seto cercano, intercambiando miradas astutas.

—¿No es ese Jimin?— Kim susurró, espiando a través de las hojas.

Taehyung asintió, una sonrisa traviesa extendiéndose por su cara. —Sí, lo es. Parece que viene de la casa de Casey.

Observaron cómo Jimin volvía a entrar, cerrando la puerta detrás de él. Las ruedas en la mente de Taehyung comenzaron a girar, y se formó una idea. —¿Y si hacemos que parezca que están viviendo juntos? Podríamos tomar algunas fotos y difundirlas —Taehyung sonrió de forma pícara.

Los ojos de Kim se iluminaron de emoción. —Eso definitivamente causaría revuelo en la escuela.

Con eso, Taehyung sacó su teléfono y activó la cámara. Se acercaron a la casa de Casey, permaneciendo escondidos detrás de arbustos y el coche. Desde su punto de vista, tenían una vista clara de la puerta principal y las ventanas.

~Serendipia (Jimin Fanfic)~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora