Capítulo 8

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—¿Mamá me dejas ir al parque de diversiones con Jimin y Jungkook? —preguntó la pelinegra, jugando con sus dedos.

—No me gusta mucho que andes con varones, pero si eso te hace feliz... pues dale —la señora Smith dijo, mientras hojeaba parte de su papeleo. —Tienes hasta las 11:00 para llegar o de lo contrario no vuelves a salir, ¿me entendiste?

—Sí, señora, alto y claro —respondió la pelinegra haciendo el saludo militar.

—Ahora necesito que te retires o no terminaré este trabajo.

Sin más que añadir, Casey se retiró dignamente de la presencia de su madre. Llevaba puesta una sonrisa de lado en su rostro porque había acatado su plan a la perfección y nadie se lo iba a arruinar.

Después de un dilema mental sobre qué se pondría, salió de su casa para encontrarse con los chicos en la calle.

—¿Por qué te tardaste tanto? —preguntó el mayor cruzado de brazos.

—Tuve que convencer a mamá o si no, no salía.

—Tú y tus limitaciones me ponen mal —Jungkook puso los ojos en blanco.

—Por eso los quiero, porque me soportan. Por cierto, ¿por qué Jimin lleva puesto audífonos?

—Es para los ruidos, acuérdate que es sensible a ellos.

—Ah verdad.

Tan pronto como llegaron al parque, Casey no perdió tiempo en dirigirse a los carros locos.

—Saben que no sé conducir, y menos tengo licencia —Jimin se quejó.

—Jimin, para esto no la necesitas. Esos carritos se mueven por electricidad.

Los chicos fueron los últimos de la fila en entrar, ya que iban a cerrar esa atracción en particular. Jimin se veía todo nervioso montándose en un carrito color azul cielo, mientras Jungkook montaba uno violeta y Casey uno rojo.

—¡No se atrevan a chocar conmigo! —Exclamo Jimin.

—De eso se trata Jimin. Solo espero que no hagas esto con un carro de verdad o mataras a alguien —Jungkook dijo.

—Por eso no quiero conducir, prefiero las bicicletas mil veces que esto —Jimin dijo asustado mientras la atracción empezaba.

—¡Te ves como si fueras a vomitar! —exclamó Jungkook.

—¡Las ganas no me sobran! ¡Paren esto que me voy a morir! —gritó Jimin.

Luego de varios minutos de gritos e insultos al conductor de la máquina, por fin terminó. Jimin no titubeo en salir del carrito lo más rápido que pudo, sintiendo las ganas de vomitar. Casey, por otro lado, se preocupó un poco al verlo así.

—¿Ey Jimin, estás bien? —Casey tocó su espalda.

—S-sí, solo que casi muero ahí por culpa de ustedes.

—¡Ay, por favor no seas un bebito y disfruta de la tarde!, ¿sí? —Jungkook contestó.

—¿Cómo quieres que disfrute si casi me parto el cuello?

—Está bien, está bien, Casey y yo iremos a una que nos guste. Te puedes quedar tranquilo a descansar, ¿está bien?

—Vale.

—Casey vamos a esa —señaló Jungkook.

—Ah, no, esa no. ¿Acaso quieres matarme de un paro cardiaco Jungkook?

—Dijiste que iríamos a una que nos gustara, y esa es la que escogí. Te montarás conmigo, quieras o no.

Casey puso los ojos en blanco y a fuerzas prácticamente se dirigió a la montaña rusa que Jungkook escogió. Siendo honesta, si de aquí no sale viva, la Sra. Smith primero mataría a Jungkook y luego sacaría a Casey de su tumba para luego matarla de nuevo por andar jugando con su vida.

~Serendipia (Jimin Fanfic)~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora