Nunca he sido una persona ordenada, pero tampoco alguien desordenada. Aunque si hablamos de mi jardín...
Descuidé a mi jardín por años, hasta que llegaste tú. En un inicio fuiste tú quién tuvo la iniciativa de iniciar este proyecto. Comenzamos a limpiar, decorar y preparar el jardín para la futura flora. Yo quería rosas, pero tú eras alguien más de tulipanes. No lográbamos ponernos de acuerdo en el vivero, por lo que aquella empleada nos recomendó aquello: una semilla desconocida. Nos comentó que esa semilla tardaría diez años en alcanzar su altura máxima, pero podría vivir hasta cien años o más. Esa semilla fue la primera de nuestro jardín.
Con esta ilusión y emoción, decidimos sembrar más semillas para tener un gran jardín, bello, hermoso y abundante. Mientras avanzaba el tiempo, cada vez íbamos sembrando más y más a lo largo del jardín. En el lapso de un año, nuestro jardín tenía un futuro muy prometedor. Yo estaba realmente muy feliz, nuestro jardín se veía hermoso. A pesar de que repetías hasta el cansancio que estabas igual de alegre que yo, algo dentro de mi decía que no lo estabas.
Después de un largo día de trabajo, nada me animaba más que jugar con mis pequeños lirios; tan risueños y bellos. Esas pequeñas florecitas se convirtieron en mi mayor orgullo, las primeras semillas resultados de nuestro amor, las flores que más amábamos.
Por un tiempo decidimos parar de sembrar para poder pasar más tiempo juntos, como pareja. Creo que estábamos en una situación bastante cómoda: un humilde hogar, un bello jardín y un buen empleo. Ya que empezábamos a tener más tiempo, creí que seríamos más felices, pero las cosas cambiaron para mal.
Empezabas a actuar erráticamente, estabas en desesperación para que aquella semilla primer semilla termine de crecer; a pesar de haber pasado casi un par de los diez años necesarios para terminar su crecimiento. Pensé que era un sentimiento y actitud que se iría en poco tiempo, pero no fue así. Cada día seguías insistiendo una y otra vez, impaciente tratabas de apresurar el proceso más lento del mundo.
Esa actitud siguió persistente por semanas, hasta aquella ocasión en la que estabas desprestigiando el jardín que tanto nos costó sembrar: "El jardín de Miguel es más frondoso, él si tiene flores coloridas y exóticas" . "Él jardín de Omar tiene unas flores azules que nosotros no tenemos".
Esos comentarios me destrozaron, no era el más bello, pero creo que era un jardín decente.
Decidí hacerle caso a tus comentarios y te conseguí flores y plantas exóticas para nuestro jardín. Comenzaba a convertirse en un jardín aún más colorido y lleno de vida, pero tú no estabas satisfecha. Volvimos a sembrar y regar todos los días. A pesar de mi esfuerzo, no lograba convencerte. Seguías insistiendo para que aquella semilla terminara de crecer, comencé a cansarme de tus peticiones y a ignorarte cada vez que las hacías.
Al llegar de trabajar, en vez de jugar con mis lirios ahora tenía que escuchar tus quejas, críticas y comentarios negativos, además de soportar tus desgarradores gritos. Tú no te percataste nunca, pero las flores se abrumaban con los gritos y discusiones que teníamos, me rompían el corazón.
En el jardín del trabajo decidí plantar una pequeña y frágil rosa algo que creí sería insignificante, pero rápidamente le empecé a tener cariño. Al llegar al trabajo era recibido con mucho amor y calor. Mis intenciones no eran tener otro jardín, solo quería y necesitaba tener una distracción de los problemas que había en casa.
Supongo fue mi culpa, te lo oculté hasta el final, hasta aquél día en que regresé del trabajo y no encontré a mis lirios. Los busqué por todo el jardín, por toda la casa; pero no encontré nada. Te busqué por todo el jardín, por toda la casa; pero seguía sin encontrar nada, hasta que en aquél mueble encontré la carta:
" Lo siento, pero ya no me satisface el jardín que plantamos. La verdad es que era un poco feo y realmente no sentía que le pusieras esfuerzo, decidí llevarme los lirios para mi nuevo jardín. No me busques, porque no me hallarás. Espero que sigas cuidando de tu rosa."
Y tenías razón. Por todos lados te busqué, jamás te hallé. Aunque... También te equivocaste, después que te fuiste descuidé todo mi jardín. Dejé que todo muriera. Mi frágil rosa, las plantas exóticas, todo se comenzó a volver algo monótono; todo murió, menos algo...
Aunque ya han pasado casi ocho años, me pregunto si aún recuerdas aquella primera semilla que plantamos. Me gustaría saber cuál sería tu reacción al ver que creció en un árbol tan alto y frondoso.

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Antología: Cuentos y Poemas Del Verdadero Yo
Short StoryAntología de 25 cuentos y poemas de todo tipo: amor, terror, amor propio, reflexiones de la vida, etc. (actualmente hay 21, pero serán 25 en un futuro cercano) Desde un gato naranja hasta un robot profesor y muchos poemas de amor y desamor. Aclaro q...