Reflexiones de una mente tanatófoba

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Cuando yo era chico miraba a los aviones surcar los cielos y aunque no entendía como funcionaban, sabía que a pesar de ser tan veloces y de estar a gran altura, en algún momento tenían que volver al suelo; así es la vida.

La calaca siempre viene cuando menos lo esperas, en el momento menos oportuno en el lugar más inesperado; la idea me aterra. A pesar de eso, hay algo que me ha atormentado estos días. No es al hecho de morir cómo tal, mientras no sea por ahogamiento, asfixia o relacionado a la respiración; estoy bien.

Le tengo miedo a lo que hay después. Tengo miedo de dónde sea que vayamos a dar. Tengo miedo de haber desperdiciado mi vida, tengo miedo de haber creído en un camino que al final terminó siendo el incorrecto. Me explico:

Supongamos, creo en Dios, católico, cristiano y cualquier otro con el mismo concepto. Creo que existe el cielo y el infierno y vivo mi vida apegado a su doctrina, pero ¿Y si al momento de morir todo es oscuridad? ¿Y si todo terminó siendo falso? Toda mi vida, todos los pensamientos y creencias en realidad nunca fueron realidad. Pero ¿Y si me equivoco? ¿Y si en realidad existe el cielo?

Mi madre una vez me dijo qué el cielo es el lugar más bello que pueda existir, que al morir los creyentes que fueron buenos en esta vida subirán al cielo para así alabar a Dios por los siglos de los siglos.

Sin intención de insultar a alguien, pero además del hecho que no me agrada la idea de alabar a alguien por la eternidad; no creo qué el Dios que se plantea normalmente sea un Dios egocéntrico que ame ser alabado cada segundo. Si aquí, en la tierra solamente nos pide un poco de nuestro tiempo ¿Por qué quisiera una eternidad de alabanzas? Si es así como funciona, no me agrada la idea, pero prefiero eso a que todo sea oscuridad.

En caso que sea real ¿Cómo será el cielo? Creo que la humanidad ya tienen normalizada la imagen de un cielo con tonos blancos y amarillos, en dónde sea que voltees encuentres nubes y logras escuchar cantos angelicales. ¿Pero qué tal si no? ¿Y si el cielo es cómo aquí, la tierra? Dónde seguimos con un estilo de vida como el actual, pero con diversas diferencias, como que no tengamos la necesidad de alimentarnos o ir al baño, dónde todo sea una vida como Dios la quiso originalmente para nosotros, un sitio dónde todos somos amigos, no existe la desigualdad, la guerra, la violencia y el egoísmo. Un sitio donde viviremos en paz como una comunidad, donde todos seamos amigos y no exista el pecado. Así Dios funcionaria algo así como nuestro ¿Padre? Vigilándonos.

En caso de no ser así, ¿Qué otra opción queda? ¡Ya sé! ¡La reencarnación! ¿Y si en verdad existe? ¿Podríamos reencarnar cómo animales también? Recuerdo haber visto un documental en algún día en algún momento, donde dependiendo de tus actos en esta vida te van "bajando de rango" En este caso, sería cómo un ciclo eterno, nunca naceremos ni moriremos. No tendremos un verdadero yo, siempre seremos la persona pasada y la persona (o animal) siguiente. Pero ¿Y si nuestra alma con nuestra "esencia" sigue igual en cada reencarnación? ¿Seguiríamos siendo "nosotros"?  Problema similar a la paradoja de Teseo.

Sé que hay más opciones, hay más creencias y religiones, pero en mi contexto no son tan mencionadas como las anteriormente dichas. 

Mientras estaba plasmando mis miedos, ocurrió una desgracia en mi escuela. Un compañero de último semestre murió a solo meses de graduarse. Fue un duro golpe a mi realidad. Caí a una conclusión: se me esta acabando el tiempo. He pasado meses reflexionando y analizando que hay después de la vida, pero ¿Para qué? Haya lo que haya, da igual. Todos iremos para allá. Meses de paz mental arruinados por una pregunta a la que solo responderemos cuando sea el momento indicado, para después llevarnos el secreto a la tumba. Concluyo, pues, con una invitación: vivan su vida. Disfruten cada segundo, abracen a sus familiares, parejas o amigos. Atrévanse, siempre tomen el riesgo y no se queden con la duda. Declárate a tu crush, haz ese viaje que has pospuesto, inscríbete a ese curso, haz lo que tú quieras hacer. 


"Dedicado a esa compañera fiel que siempre nos ha acompañado; tanto en nuestros mejores y en los peores, pero siempre está a la espera de cualquier desliz para poder acabar nuestra misión."

Antología: Cuentos y Poemas Del Verdadero YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora