Estamos dormidas, no muertas.

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La negruzca neblina se dispersó.

El oscuro y letal invierno llegó.

Por más que nevó, al final salió el sol.

Solo fue un tormento más del montón.


Tu duro corazón por ayuda nos gritaba.

 Lentamente salimos a la superficie,

inconsciente, pero nuestra salida evitabas.

De tu llanto y dolor me envicié.


Enderezaste tu camino y salimos al llamado.

Dejaron de temblar tus piernas,

volaste y corriste igual que hace un año.

Tú volviste a ser tú, recuperaste la fuerza.


Siempre estuvimos aquí, dentro de tú ser.

Latiente esperanza de seguir.

Sal al campo y comienza a correr.

Recuperaste la latiente esperanza de vivir.



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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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Antología: Cuentos y Poemas Del Verdadero YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora