•Capítulo 06•

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Todos nacemos con un instinto que se desarrolla con el tiempo, instinto de supervivencia, instinto maternal...

Existe el instinto de protección y el instinto defensor, que aunque son palabras similares, siendo llamados sinónimos, en diferentes ocasiones adquieren un significado distinto.

Una persona protectora, es la que pondría su cuerpo encima del tuyo, para recibir todo el golpe y que tú no sufras daño alguno.

Una persona defensora, es la que lanzaría su cuerpo para evitar que el daño te tocara.

En una dinámica, debe existir la persona que protege y la persona que defiende, en todas las duplas debe de existir está armonía.

Deena y César también tienen su rol.

ミᵒ° °ᵒ彡

|San Francisco, 03 de marzo 2019|

Algo no iba bien con Charles, lo que Will le había dicho por teléfono la tenía preocupada y con una severa tristeza creciente.

El virus ya no tenía efecto en Charles, todo volvía al principio, mucho más fuerte que antes, Will estaba desesperado, se dirigió al trabajo, avisándole a Deena que saldría de casa por lo que le pedía que estuviera ahí para cuidar de Charles.

Aunque César también podía cuidar de su abuelo, por obvias razones, era más prudente que la joven estuviera para ambos.

Ella se estacionó unos metros lejos de la casa de los Rodman, no había espacio cerca de su hogar por lo que se acomodó en donde pudo, tomando sus cosas caminó casi de manera apurada hacia la entrada; gracias a la confianza que tenían, desde años atrás Deena fue bendecida con la llave de la casa, de esa manera ella podía entrar y salir cuántas veces lo deseara.

Sin embargo, no tuvo tiempo para hacer uso de la llave, pues la puerta fue abierta por un desorientado Charles, quien no le prestó atención a la joven delante de él, sólo murmuraba de manera repetida "mi auto".

—Hey, Charles. —La chica se movió para alcanzarlo, tomándolo por los hombros para que enfocara su atención en ella— ¿Qué sucede? Puedo ayudarte.

—Necesito ir a mi auto, mira cómo lo deje, hija, está abierto. —El hombre de desgastada edad se hizo a un lado apartando a Deena.

Pero como si fuese un juego del suelta y atrapa, nuevamente alcanzó al viejillo, apretando su hombro con una suavidad casi cariñosa.

—Abuelo —susurró mientras su mano libre acunaba la mejilla de Charles, le dedicó una sonrisa triste—. Tengo hambre, vamos adentro, te haré unos hot cakes y después podemos salir a pasear con César ¿Sí?

—No puedo dejar mi auto así, tú, tú ve adentro, ah, tu padre no debe de tardar en llegar —Cuando Deena desvío la mirada para ver el automóvil detrás de ella, lo identificó como el auto del vecino.

No podía soltarlo, necesitaba convencerlo para que volvieran a la casa.

—Te prometo que yo me encargaré de tu auto, ¿Sí, abuelo? Pero vamos a entrar.

—¡No, no quiero! —El señor levantó sus brazos liberándose bruscamente del agarre de Deena, no podía seguir insistiéndole a Charles pues se podía poner agresivo.

La chica se agarró de su cabello mientras suspiraba dando un vistazo a la casa de su vecino, oh Dios santo, nada bueno podía salir de esto; regresó su atención en el canoso señor para notar cómo ya estaba arriba del auto, se acercó rápidamente.

—Abuelo, vámonos, nadie le hará nada al auto. —Quiso tomar su mano pero recibió un manotazo en respuesta, que no fue duro pero si sintió una comezón en su dorso—. Charles, ya basta, hay que ir con César.

𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐖𝐢𝐭𝐡 𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐞𝐯𝐢𝐥 | 𝘓𝘢𝘴𝘵 𝘏𝘰𝘱𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora