Ser la segunda esposa del Duque Ploen no estaba en sus planes, ser obligada a casarse por el bien de su familia y nación, pensó que el trato de su esposo sería por lo menos de respeto, no deseaba ser amada por el, porque sabía que el ama a su primer...
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—Bien, hablemos—dice con una voz calmada alejando la mano de Regis de su cuerpo.
—¿Por qué te fuiste del Ducado de esa manera?—pregunta bajando levemente el tono de su voz.
—Me sentía asfixiada, así que le pedí a Arthur que saliéramos por unas horas—responde tratando de mantenerse de pie y firme.
—¿Por qué te sientes asfixiada?
Las ganas de reírse trata de aguantarlas, Eleonor siente la necesidad de mirar a los ojos a Regis y gritarle si de verdad hizo esa pregunta, pero piensa en que ese arrebató no la ayudará en nada, así que se lleva su mano a su rostro y trata de relajarse. Regis observa como su esposa cubre sus propios ojos y aguanta las ganas de llorar.
—Duque Ploen, el Ducado para mi siempre ha sido hostil y nunca fui bienvenida—contesta cuando siente que no se romperá en lagrimas—, así que es asfixiante para mi estar todo el tiempo aquí, incluso el jardín a mis ojos no es seguro.
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No sabe que decir, nunca ha sido bueno con las palabras, por ende comunicarse de manera verbal no es fuerte, tampoco con acciones, pero su cuerpo se mueve solo y abraza a su esposa que se sorprende y aguanta las lagrimas que tratan de escapar de sus ojos verdosos. Regis cierra los ojos.
—Lo siento...
—Yo también lamento haberme ido así...
Ambos en silencio reconocen sus errores, Eleonor le da unas palmaditas suaves en la espalda a Regis para que se separen, pero esté no hace caso.
—Quiero saberlo por ti, ¿Cómo ha sido tu vida estos quince años?
—Bastante aislada, siento que realmente viví como una muerta.
—Creo que jamás dejaré de culparme por haberte dicho eso y tratarte con tanta indiferencia.
—Por lo menos nunca me golpeaste, así que no te culpes tanto—su comentario hizo que Regis la abrazará con más fuerza.