La voz ronca de Shannon hizo que mi enojo aflorara. Estaba vestido diferente, llevaba unos pantalones negros ajustados y una de esas camisas cortadas excesivamente por debajo de sus mangas, pero esta era de color diferente.
-Lárgate.- Pero antes de que pudiera cerrar la puerta en sus narices cruzó el marco a zancadas entrando sin permiso en mi habitación. -¿Quién te crees que eres?- Dije ya enojada a más no poder.
-No estaba borracho.- Su rostro bajo la luz de la lámpara era totalmente distinta a como lo había visto hace unas horas atrás, estaba despierto, alerta, y el color había vuelto a sus mejillas haciendo que luciera más vivo.
-¿Y dices que no eres un imbécil?- Tuve que hablar más fuerte para poder despertar de mi trance al verle en su nuevo desplante. -¿Cómo sabes mi habitación?- La alerta recorrió mi cuerpo.
No conocía a este tipo, ya sabía que era un borracho sin sentido y ahora estaba en mi habitación. -Llamaré a seguridad.- Pasé rápidamente por su lado pero su mano tomó mi codo inmovilizándome a centímetros de él, era más alto de lo que imaginé y pude ver como los músculos de su brazo se flexionaban al apretarme fuerte, pero sin hacerme daño.
-Solo quiero que me digas lo que pasó.- Me solté de su agarre y lo miré furiosa. Sopesando mis opciones de gritar, salir corriendo o solo contarle rápidamente lo que pasó para que me dejara en paz. Me decidí por la última opción.
-Te vi en las escaleras borracho y te ayudé, pero por lo que veo, creo que no debí hacerlo.- Todo mi ser echaba chispas, su rostro analizó el mío por unos segundos y se suavizó, su ojos profundos dejaron ver una pizca de desesperación.
Caminó dos pasos hacía atrás y se sentó rendido en mi cama. Al verlo con la guardia baja le pregunté más calmada pero aún molesta. -¿Me puedes explicar que haces a las cuatro de la mañana en mi habitación?-
-No estaba borracho.- Dijo al fin levantando la cabeza para verme.
-Sí, sí lo estabas, apestabas a whisky.- Le dije sentenciándolo. Pero él solo se limitó a mover la cabeza.
-No lo estaba, me tomé un vaso de whisky, y...- Pero no terminó la frase. Sus ojos parecían perdidos, tratando de entrelazar los recuerdos en su cabeza.
Verlo así produjo algo muy conocido en mi, mi enojo se había disipado y comenzaba a sentir lastima por esa persona con la mirada confundida. Conté hasta diez y me tranquilicé completamente "Tu y tú maldito corazón de abuela" me reprimió una voz en mi cabeza. Me senté en la cama que no estaba usando, posicionándome frente a él.
-Quizás un vaso es lo suficiente como para que te emborraches.- Le dije con la esperanza de calmarlo. Rió algo apenado.
-Créeme, un vaso es como tomarme una taza de café para mi.-
-Quizás tu borrachera no deja que te acuerdes, pero estabas bastante ebrio, no te podías levantar ni hablar sin arrastrar las palabras.- Le dije ya totalmente tranquila y continué al ver que me prestaba atención, pero aún con cabeza suelta entre sus hombros. -Te encontré solo tirado en las escaleras, pensaba que habías tenido un accidente y me acerqué a ayudarte, pero sentí el olor a alcohol en tu aliento.- Shannon se quedó pensativo un momento.
-¿No pasó nada más?- Dijo levantando su cabeza para quedar frente a mi. Su pregunta hizo que empatizara algo más con él, pues recordaba que en alguna ocasión había bebido más de la cuenta y necesitaba a alguien que me dijera que no había hecho el ridículo, o no había vomitado las paredes como la exorcista, solo para así bajar un poco esa resaca moral del día después.
-Mira...- Continué. -Hay veces cuando uno no come y tiene el estomago vacío el alcohol puede hacer de las suyas.- Le dije buscando su mirada. -Quizás fue tu caso.-
-Había comido justo antes de sentarme en la barra.- Su voz parecía cansada y su mirada aún se veía perdida, buscando en su cabeza esos recuerdos faltantes.
-Quizás el whisky tenía muchos grados de alcohol.- Le volví a decir buscándole una explicación a su raro actuar. Sabía que él estaba borracho, pero no estaba tomando ninguna de mis sugerencias y explicaciones, continué, pues mientras más rápido lo sacara de mi habitación era mejor.
-Pedí el mismo whiskey que pido siempre.- Suspiré, mi paciencia se estaba agotando.
-No lo sé Shannon, quizás te dieron otro.-
-Conozco el sabor de mi whisky.- Dijo algo molesto.
-Quizás te drogaron.- Dije ya burlándome de él y su barata excusa para buscar redención. Pero no dijo nada.
Volví a mirarlo y vi como me miraba alarmado.
-Estaba bromeando.- Abrió la boca para decir algo pero lo interrumpí. -Hey, no puedes creer que te drogaron, vamos, estabas borracho, lo vi con mi propios ojos.- Le dije un poco asustada por la mirada que me dedicaba.
-Soledad.- Su voz áspera diciendo mi nombre como si le hablara a alguien a punto de partirle el rostro, hizo que se me erizara el vello. -No estaba borracho.-
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¿Qué pasará más adelante?
¿Realmente lo drogaron?
¿Qué sucederá entre ellos dos?
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Como lo imaginé (Shannon Leto)
RomantizmSoledad se encuentra disfrutando de una noche en un hotel de lujo gracias a la reciente cancelación de un trabajo. Pero su fin de semana da un giro al encontrarse con el baterista de Thirty Seconds to Mars en aprietos. Sin saber que al hacer una obr...