O N C E

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En la calle estaban los tres amigos. Dejaron de ser niños, ahora su aspecto era más alto que a la anterior, sobre todo Rubén, quien, a pesar de ser el último en dar su estirón, terminó rebasando a Miguel, y perdiendo una apuesta que el de lentes al apostar que él sería el más alto del grupo.

Los tres amigos caminaban de regreso a casa. Ya empezaba a atardecer y los pubertos, regresaban de ir a ver el partido que estaba Alex. El más bajo, iba molesto, de brazos cruzados. Mientras que Mangel caminaba repasando los videos que había grabado en su cámara de video. Y Rubius iba en medio de entre ellos.

— Mira el lado bueno, en los videos que te tomé, sales mu'guapo —mencionó Mangel, enseñando la pantalla de la cámara. Alex, molesto, apartó la cámara.

— Que va, tío. Nunca podemos clasificar en nada, me están empezando a tocar la polla este equipo. Solo perdemos y perdemos.

— ¿Y por qué aún no te sales? —cuestionó Rubius.

— Por buena gente que soy, que más. Sin mí, muere el equipo —contestó el molesto chaparrito.

— Uy, sí, solo por eso —burló Mangel. Alexby frunció el ceño, y ocultó el pequeño sonrojo que brotaba de su rostro.

— ¿Cómo? —dijo Rubius confundido, por la reacción del bajo.

— No le hagas caso al gilipollas —contestó Alexby evadiendo la respuesta.

— Creo que con este material puedo editar un video mu'bueno —interrumpió Mangel, aún entretenido en sus videos.

— Da igual, Mangel. Déjalo así —corto Alex.

— Saben qué molaría, ¡grabar un cortometraje! —propuso Mangel.

— ¿Otro más? —se quejó Rubius.

— ¡Sería un buen set!

— Ya tienes cuatro acumulados y ni sabes qué hacerles —comentó Alexby.

— Quiero ir haciendo currículum —explicó Mangel y adelantó el paso para ponerse frente a sus amigos—. ¿Qué no les gustan mis cortos?

— Ah... —titubea Rubius.

— Pues... —titubea Alex.

— Ya vi que tengo amigos tontos con el séptimo arte —Mangel puso los ojos en blanco y volvió a su lugar.

— Es broma, tío. Es que son muy, conceptos —ánimo Rubius, pasando su brazo al cuello de Mangel.

— Sí, somos muy incultos para entender tu mente audiovisual —dijo sarcásticamente Alexby. Los dos amigos rieron y Rubius pasó su otro brazo a Alex.

En su camino, una brecha dividió la calle en dos. Los tres chicos se detuvieron.

— Bueno, nos vemos mañana, chavales —dijo Alexby—. Ustedes todavía se van a ver, ¿no?

— Sí, ya sabes que Rubius cena en mi casa —dijo Mangel guardando su cámara—. ¿Gustas?

Alexby negó con la cabeza e hizo una seña con su mano, empezando a caminar. Los dos amigos contestaron igual.

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En la cocina de la casa de los Rogel, estaban Rubius y Mangel. Rubius lavaba los trastes, ya se había comprometido a hacerlo cada que iba a cenar a la casa de su amigo (diario). Mangel estaba a su lado, concentrado en el palillo que metía entre sus dientes.

— Oye, no entendí lo de hace rato —dijo Rubén secándose las manos.

— ¿Qué?

— ¿Por qué no se quiere salir Alexby del equipo?

Delirio [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora