O C H O

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Retumban en la madrugada, fuertes golpes de la puerta. El llanto desesperado de Rubius y la violencia que emana los golpes en la puerta de Mangel, mantienen despiertos a Fargan y a Alexby. Fargan se da la vuelta boca arriba en la cama y suspira cansado. Alexby acostado a su lado, se pone una almohada en la cabeza para callar el ruido.

— No entiendo cómo quisiste quedarte a dormir aquí —habló Alexby quitándose la almohada—... Qué vergüenza, por dios...

— No pasa nada —Fargan pasa una mano sobre Alex.

— ¡David, que son las 3 am!

— También debo compartir noches complicadas contigo —se acurruca.

— Deja de estar de romántico —Alex sonríe y voltea los ojos.

El sonido de –ahora- patadas a la puerta hacen que Fargan levante la cabeza hacia su puerta.

— ¡Mangel, por favor la necesito! ¡Ya! ¡Ya! —grita Rubén.

— ¡Tío, los vecinos nos mandarán las patrullas! —Contesta Mangel.

— ¡Te odio!

— ¿Siempre es así de violento? —pregunta Fargan.

— Mejor intenta dormir —Alexby vuelve a cubrir su cara en la almohada.

Frente a la puerta de Mangel yace Rubius en el suelo, dando golpes más suaves a la puerta. Notablemente cansado, sucio y mojado por el sudor y el llanto que aún no para, pero que disminuye.

— ¡Mangel! Necesito verlo... Me siento mal. ¡Por favor! —pega suave su cabeza en la puerta— Dame mi mochila, dame mi mochila.

— Rubius, tío, ya vete a dormir —habla Mangel tranquilo.

— Lo necesito ver —el castaño se acurruca en la puerta tembloroso—. Siento que me voy a morir si no lo hago. ¿Quieres que muera?

— No vas a morir, solo es el gancho que te da esa porquería. Ve a descansar.

Rubén somnoliento, solo cae completamente en el suelo acostado. Intenta mantener los ojos abiertos, pero terminan por cerrarse —Entonces ¿si quieres?

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Mangel abre la puerta, ve que Rubius está dormido en el suelo. Mangel solo lo toma de los brazos e intenta cargar. Lo recuesta en el sofá. Mangel observa que las expresiones dormido de Rubén son pesarosas. Mangel toma unas toallitas húmedas y empieza a pasarlas por el rostro de Rubius. Con cierta delicadeza, sin despertarlo, a pesar de que Rubén suelta quejidos adoloridos bajos.

— Nunca puedes ser malo con él, ¿verdad?

Mangel voltea a ver Alexby y suspira. Alexby cruza sus brazos y se recarga de la pared.

— ¿Cómo te amaneció tu golpe?

— Bueno, David dice que no se nota, pero decir que va bien es aceptarlo.

Mangel mira a Rubius.

— Jamás lo había visto alterado así con nosotros.

— Anoche olvidamos lo que significa la palabra dormir —Alexby aparta la mirada de ellos.

— Fue difícil.

— No, estuvo violento. ¿Ya viste como quedó tu puerta? Agrégalo a nuestra lista de compras.

— Eso no importa, Alex. Ya sabes que Ru-

— No te rayes, Mangel. Sigo de mal humor y ahora mismo no...

Delirio [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora