Capitulo 56

44 1 0
                                    

Carter

El libido sobrepasa todo mi control al ver la mujer que entra a mi habitación.

—¿qué haces aquí?— cuestionó sin dejar de mirar sus movimientos al caminar en mi dirección con candente sensualidad — Cloe...

Su pequeña mano me toma de la nuca y me sumerge en un beso abismal, hambriento, sensual. << como me gusta>> Su lengua acaricia la mía colocando a temblar mi raciocinio y llevándome a prenderme de ella sin amabilidad. Mi cuerpo se tensa ante su toque en mi nuca y hombros que me hace arder la zona.

La tomo de las piernas subiéndola a mi regazo sin dejar de comerme su boca, se aferra a mis hombros acariciando desde esa zona hasta mi nuca y llegar al nacimiento de mi cabello jalándolo con una fuerza que me quiere llevar a la locura.

Siento que un huracán está dentro de mi listo para hacer erupción cuando me deja en la cama y comienza a quitarse la ropa con una sensualidad arrolladora que hace que mi miembro tome un grosor colosal.

Desnuda se sube a mi regazo y no dejo de ver esos iris grises que por ellos soy capas de decláreles la guerra hasta el mismo satanas.

Su piel de porcelana, su labios rosáceos levemente hinchados, sus senos duros... todo en ella es arte.

Despunta mi pantalón y saca el miembro erecto masturbándome, mi boca está entreabierta sacándome los jadeos sin parar. Tengo que tragar varias veces por la cantidad de saliva que empieza a acumularse en mi boca. Mi vista se nubla cuando inclina un poco la cara para mirar mi polla y la escupe...

—Mierda gatita...— gruñó embrujado cuando la saliva se desliza por mi corona untándole la mano que me masturba.

Sonríe, no cualquier sonrisa, no, una perversa, caliente y delirante que me pone a gruñir cuando veo que se baja quedando de rodillas delante de mi y a cerca sus rosáceos labios a la corona brillante de mi miembro.

—la gatita quiere leche...— gimotea caprichosa.

Abro la boca para hablar pero me pierdo en el limbo cuando mi miembro entra a su boca perdiéndose en su cabida bucal.

—Mmm— pasa la lengua recogiendo el jugo que bota mi miembro para lubricar— Delicioso como siempre...

¿Que mierdas paso? ¿Porque cambio de opinión si dijo que no? No tengo ni idea ni quiero saber lo único que quiero es que no pare de chupármela porque moriría donde deje de hacerlo.

Se la traga toda unos segundos, lamiendo, chupando y degustando mis testículos sin dejar de mover la mano que me masturba. Chupa con hambre mi miembro viéndome a los ojos hipnotizándome.

—Así... si— gruñó— eres mi mayor fantasía gatita...

Es bueno escuchar eso señor... — ¿esa voz?— me gusta que me llame así... gatita..

Abro los ojos de golpe viendo cómo se mueven las sábanas al nivel de mi cintura y siento algo mojando mi miembro..

Tomo la Beretta que yace bajo mi almohada quitándole el seguro apuntando a lo que está bajo mis cobijas.

—Ivannia— trueno y no deja de lamerme el miembro sin provocar nada— Sal de mi cama ¡ahora!

Quita las sábanas de su cabeza y cuando ve mi arma palidece.

—Se...señor ¿qué ocurre?— está desnuda con el cabello vuelto una maraña— ¿no le gustó?

Por mi columna pasa una corriente de desdén que no me deja pensar colocándome la sangre caliente lista para que mis demonios tomen el control.

Más sexo menos amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora