capitulo 60

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Felipe.

—No puede pasar— se me atraviesa un tipo robusto colocando su mano en mi pecho. Miro su mano y luego su cara que se voltea con el puño que le doy, el que estaba con el viene a atacarme y me pongo en guardia.

Mis nudillos se rompen a medida que impacto en la cara de los sujetos que me dan unos cuantos puños cuando vienen los dos, hago una mueca de dolor cuando una patada impacta en mi costilla, mi rodilla toca el piso Pero antes de dejarme llevar por el dolor volteo en mi propio eje evitando un puño en mi cara y dandole uno en el estómago, me levanto y doy y recibo puños del otro, cuando estoy a punto de bloquearlo...

—¿Que crees que haces?— su voz me detiene y desvío mis ojos a la puerta y ahí está... Mi caramelo, mi mujer, mi morena. Sus ojos me parten el alma cuando veo que luchan por no dejar salir las lágrimas las cuales yo soy causante.

En un movimiento rápido soy derribado por los hombres que me someten en el suelo, cielo grita asustada y pide que me suelte. La obedecen y con una mirada del maldito de Klein se van.

—Necesito que te vallas— musita mi mujer fría y decidida Pero está loca si piensa que me iré.

— Necesitamos hablar caramelo.

—No me llames así— me corta.

—Está bien —Alzo las palmas de mis manos en señal de rendición— Solo quiero hablar o mejor llamar las cosas por su nombre, vine a súplica... No actúe de la mejor forma, no debí...

—Si no debiste— me corta cruzándose de brazos— Pero lo hiciste y no hay vuelta atrás.

—¿Que quieres decir con eso cielo?— un miedo pasa por mi cuerpo como una corriente.

—Sabes lo que significa no te hagas el tonto— Klein la mira y me jode que la vea como si le doliera verla así.

—Te puedes enojar caramelo, yo lo haría también— doy dos pasos hacia ella— Pero eso no es suficiente para terminar lo nuestro— la sola idea me paraliza el alma.

Yo amo a mi caramelo.

—¿Suficiente?— exclama indignada — eso no es suficiente crees, vivi muchos años recibiendo tratos que creía normales, ahora no voy aceptar nada menos de lo que razonablemente me merezco, como la atención y entendimiento de mi prometido.

—No compres nuestra relación con la que tuviste con ese hombre— Juro que el maldito no hubiera muerto en el secuestro de Cloe yo mismo lo hubiera matado.— si sé que te sentiste mal caramelo Pero podemos hablarlo, yo tengo mucho que decir también.

—¿Ahora resulta que tú también estás ofendido?— se mofa.

— Si cielo hay muchas cosas las cuales tú ignoras y me haces sentir... Sentir. No voy hablar con Klein aqui— demandó. Todo lo que tengo que decir no dejaré que me escuchen sobre como todo un marica y no quiero que nadie más que ella me escuche.

Klein abre la puerta para que entremos a la casa, hago una mueca de dolor por los golpes recibidos Pero me recomendó cuando ellos voltea a verme.

—¿Estás bien?— sisea preocupada tratando de sonar indiferente Pero sus ojos no me mienten y es cuando más me odio por hacerla sentir tan mal. Porque si, ella me ha hecho sentir así y por supuesto que lo menos que quiero es que mi mujer, la cual amo como nada se sienta así.

Soy un imbécil.

Entramos y apenas puedo detallas la gran sala de Star con la mujer que camina frente a mi y se roba toda mi atención.

Subimos unas escaleras y caminamos unos cuantos pasillos rodeados de cuadros que se ven que cuentan más que mi reloj, tiene el cabello enmarañado, sus rizos bajan como cascadas de su moña mal hecha, su ropa es nueva no la había visto, un vestido color bordeó que abraza sus senos y es suelto de su cintura para abajo llegando hasta sus rodillas. No sabe como contemplo su belleza y no es justo que se sienta mal por un idiota como yo que no sabe cómo llamar la atención de su mujer.

Más sexo menos amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora