6| Mucha mierda

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GALA 1

- ¡Estamos en directo ya! - gritó uno de los cámaras.

- Bueno, bueno, ¡qué de caras preciosas que estoy viendo hoy en plató! Todas se mueren por ver a nuestros chicos de Operación Triunfo - decía Chenoa mientras miraba a la cámara con una amplia sonrisa.

- No me enrollo más, ya me callo chicos. Con todos ustedes, los concursantes de Operación Triunfo 2026 interpretando "Waterloo" de ABBA - gritó ilusionada dándonos paso.

Desde el momento en que subimos al escenario, sabíamos que íbamos a ofrecer algo espectacular. Éramos 16 concursantes en un concurso de música, cada uno con un papel claro en esta puesta en escena de "Waterloo" de ABBA, un clásico que combina historia y fiesta en un solo tema.

El telón de fondo se levantó, revelando una mezcla impresionante entre la Batalla de Waterloo y una fiesta de los años 70. La proyección nos transportaba de un campo de batalla con cañones y humo a una vibrante pista de discoteca con una bola de espejos. Las luces se movían al ritmo de la música, empezando con tonos más oscuros y dramáticos para luego explotar en una cascada de colores vivos y brillantes.

Al principio, nos formamos en dos filas paralelas, alternando entre mis compañeros y los bailarines vestidos como soldados napoleónicos. Con el primer golpe de la música, los soldados comenzaron a marchar en sincronía, imitando maniobras militares. La coreografía era sencilla pero impactante, con movimientos precisos que reflejaban tanto la disciplina militar como la energía desinhibida de una discoteca.

Cuando llegó el primer coro, el escenario se transformó. Las luces se volvieron más cálidas y festivas, y nosotros, mis compañeros y yo, cambiamos nuestros movimientos a pasos de baile típicos de los años 70. Nos movimos con entusiasmo, sonriendo y haciendo giros amplios, mientras el público comenzaba a aplaudir al ritmo de la música.

Durante las estrofas, formamos duetos, destacándonos en el centro del escenario. Cada pareja cantaba y bailaba, creando pequeñas historias de rendición amorosa mientras el resto del grupo mantenía una coreografía de fondo, aportando profundidad y dinamismo a la escena.

A medida que la canción avanzaba, los juegos de roles se hacían más evidentes. Los soldados y nosotros, los concursantes, interactuábamos, creando un contraste encantador entre la seriedad de la batalla y la alegría de la fiesta. Durante los momentos instrumentales, los soldados usaban sus sables decorativos y nosotros sacábamos micrófonos vintage, jugando y divirtiéndonos mientras bailábamos.

Hacia el final, nos reunimos en una gran formación central. La energía era palpable, y todos bailamos y cantamos con toda nuestra fuerza. Terminamos en una pose final, mezclando elementos de ambas épocas: los soldados levantando sus sables y nosotros levantando nuestros micrófonos hacia el cielo. Fue un momento culminante que encapsuló perfectamente la esencia de "Waterloo" - una fusión de historia y celebración que dejó al público aplaudiendo y vitoreando, llenos de alegría y asombro.

Cuando la última nota resonó y los aplausos llenaron el auditorio, Chenoa, la presentadora, nos invitó a dirigirnos a la Green Room para descansar antes de nuestra siguiente interpretación en el escenario. Con sonrisas y corazones palpitantes, nos dirigimos hacia allí, sintiendo que habíamos dejado todo en el escenario y ansiosos por lo que vendría después.

- Por poco me caigo con estos tacones, ¡me cago en la puta! - carcajeó Karma mientras se sentaba en la esquina del sofá.

- Karma, Nacho, salís en 5 minutos - dijo Carmen, una de las chicas de producción, asomando la cabeza por la Green Room.

- ¡Maricón, que éramos las primeras! - dijo dándome un manotazo en el hombro.

- Karma, no te pongas nerviosa porque si tú te pones nerviosa, yo me pongo nervioso y ¡AHHHHH! - dije dando saltitos.

Ecos de un amor infinito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora