Un mensajero para Kivotos

Capítulo 1: La Ciudad Academia

"En otras noticias, los relatos de testigos presenciales informan de una creciente presencia de la NCR cerca de Mojave Outpost y la I-15. En este momento, nadie sabe si están aquí por el juego o por otras razones políticas. Los expertos están aconsejando a los posibles viajeros que eviten los enfrentamientos entre la NCR y las fuerzas de Las Vegas, ya que las tensiones siguen siendo altas".

El sonido de un rifle de alta potencia atravesó el silencio del desierto y, a lo lejos, un geco gigante desprevenido se desplomó contra la tierra seca y agrietada; su cabeza era una masa irreconocible. Los otros dos gecos que lo acompañaban giraron la cabeza en busca de la fuente del disparo.

"Y eso es todo lo que escribió, amigos. Este es el Sr. New Vegas, recordándoles que no son nadie hasta que alguien los ame. Y ese alguien soy yo. Los amo".

"Yo también te amo, Vegas."

Alineé mis miras de hierro. Sonaron dos disparos más y perforaron consecutivamente los cráneos de los geckos restantes justo cuando giraban sus enormes cabezas en dirección a mi voz. Satisfecho y al no ver otros geckos en las cercanías, me levanté de mi posición agachada detrás de una gran piedra y me colgué Esta Máquina a la espalda.

Los lugareños se quejaban de la gran cantidad de geckos que había en la zona, así que pensé que podría hacerles un pequeño favor. No serviría de nada que Nipton volviera a ser invadido justo cuando estaban reconstruyendo el lugar.

Al menos esta vez sólo eran geckos, no Legion.

Consideré brevemente la idea de despellejar a mis presas y llevarme la carne para cocinarla más tarde, pero finalmente decidí no hacerlo. Llevaba bastante peso después de mi visita al Big Empty; si necesitaba comida, tenía un suministro más que razonable de Salient Green para aguantar. Sin mencionar que pasaría por Novac en mi camino hacia el Strip y podría conseguir algo de comer allí. Estaba ansioso por probar los nuevos restaurantes de la creciente ciudad.

Con eso en mente, continué mi rápido paso hacia el norte, con el sol implacable cayendo sobre el camino arenoso.

"Tengo algunos sonidos nuevos para ti, importados directamente de las zonas de guerra de DC. Un aplauso para 'Dear Hearts and Gentle People'. La mejor opción para el público más atractivo, si me preguntas".

Me animé con la nueva canción y, a pesar de nunca haberla escuchado antes, me encontré tratando de tararear la alegre melodía con resultados mixtos.

Pegadizo. Valió la pena el dinero que pagué por las nuevas holocintas que supuestamente venían directamente de las ruinas de DC, incluso si terminé donándolas al Sr. New Vegas. La buena música debe compartirse, maldita sea. ¿Qué bien tenía acapararla, como una Hermandad del Acero musical?

Lo siento, Verónica. Sé que son tu familia, pero es verdad.

Seguí mi alegre camino con el poder de la música, un impulso en mi paso. Solo en viajes como estos podía aguantar un tiempo considerable sin que me abordara alguien que necesitara ayuda, o asaltantes, o alguna facción que intentara matarse entre sí. Hubo un tiempo en que me habría preocupado viajar solo por el Yermo de Mojave debido a la Legión y su amor por enviarme asesinos para que me hicieran compañía. Afortunadamente, con la Legión prácticamente erradicada en Nevada en su totalidad, los únicos encuentros que había tenido fueron con el extraño grupo de Frumentarii que buscaba demostrar su valía contra el hombre que mató personalmente al Legado Lanius.

Demostraron que eran unos verdaderos tontos, vaya si lo hicieron.

Sin embargo, fue una bendición a medias. Los grupos de asalto de la Legión enviados para eliminarme generalmente estaban equipados solo con el mejor equipo que la Legión podía robar, por lo que su equipo era una especie de fuente principal de ingresos en esos tiempos.