CAPÍTULO XXV UNA RELACIÓN NO SE SOSTIENE CON MENTIRAS

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—¿Está todo bien? Pude notar que tu tío no te agrada mucho, ¿tuvieron algún problema? — mientras se retiraba el vestido, ya en la habitación de la casa que compartía con Itzam.

Aunque su actitud se mostró serena y cálida, Milenka se dio cuenta de que después de su charla con Nerón, el semblante de Itzam, se volvió distante, como si algo en su mente ocupara toda su atención.

E incluso se mantuvo en silencio durante el trayecto de regreso a la villa; por instantes la miraba; pero la forma en que lo hacía no era la misma de siempre, un ligero destello de tristeza se posaba en sus oscuros ojos.

— Milenka, tenemos que hablar — respondió con voz seria, mientras yacía sentado sobre la cama, con los codos apoyados sobre su sus rodillas y la cabeza hundida entre sus manos.

Un ligero aire de temor golpeo el pecho de la joven.

Cuando una situación nos resulta incierta, tendemos a pensar lo peor: la imaginación recrea los más fatídicos escenarios. Y ese era el caso de Milenka. En aquel momento, su mente, a la velocidad de la luz, reunía todos aquellos recuerdos, imágenes y frases que le dieran un, indicio de que era lo que tenía tan preocupado a su hombre.

Su intuición no se había equivocado, ojalá y lo hubiera hecho. Siempre supo, Itzam le ocultaba algo y estaba a punto de revelarle de qué se trataba. Un sinfín de preguntas surgen, una tras otra.

¿Qué lo llevo a confesarlo?, ¿qué era lo que le ocultaba?, ¿por qué se lo oculto en primer lugar?; pero la más importante de las preguntas en su mente era para ella misma, ¿cómo tomaría esa confesión?, si es que se trataba de algo malo o que los afectara de alguna forma, ¿podría ella ser capaz de perdonar una mentira más?

Cuando esos cuestionamientos se manifestaron, estuvo a punto de pedir a Itzam que no dijera nada, que fuera lo que fuera mejor, lo guardara en el lugar dentro de él en que lo había mantenido, por el bien de su relación.

No obstante, no debía ni podía pedirle aquello, una relación no se sostiene con cimientos de mentiras, fuera lo que fuera, lo escucharía con paciencia y lo enfrentan juntos, como lo habían prometido.

— ¿Pasa algo malo? — pasando un trago amargo por su garganta.

— No sé por dónde empezar — admitió Itzam en medio de una amarga sonrisa.

Confesarle a la mujer que amas que todo lo que conoce sobre su origen es una mentira, que su padre es un hombre despreciable que solo busca quedarse con su fortuna, que fue capaz de violar a su madre, que ella es producto de una violación, no era nada fácil.

¿Cómo decírselo sin dañarla?

No conforme con eso también estaba el hecho de la tracción que cometió al no decírselo antes, todo este tiempo no fue capaz de contárselo, y su única excusa era que quería protegerla.

— ¿Es sobre lo de Emilia? — preguntó Milen con cautela.

— De alguna forma todo inicia con ella — admitió Itzam seguido de un fuerte suspiro.

Milenka dejo de lado el vestido que llevaba puesto, tomo su bata de dormir y se envolvió en ella. Con algo de reserva se acercó a Itzam hasta sentarse a su lado.

Coloco su mano sobre su hombro a fin de infundirle valor para decir aquello que tanto trabajo le costaba.

— Solo dilo, así como es... La verdad no se puede cambiar, es tal cual es.

El corazón de Itzam se hundió en su pecho, ella lucia tan apacible y madura, pero aquello duraría muy poco, aunque Milenka demostrará haber adquirido gran fortaleza, la verdad que guardaba, desmoronaría a cualquiera.

AMOR OSCURO (Oscura Inocencia libro 2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora